Pedro Aparicio y Los pies descalzos hacen música y memoria con esta canción que bien podría ilustrar un capítulo de la memoria democrática de este país en un colegio o instituto si a ello se prestara la atención que merece, al menos en la educación pública. A la directa y sencilla expresividad de los versos le prestan imágenes una serie de secuencias sobre el pasado de nuestro país que no se debe olvidar, magníficamente seleccionadas para reforzar con el vigor que tuvo su recuerdo hasta el fin de sus días, en las generaciones que nos precedieron, el contenido del mensaje.
DdA, XX/5.578
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