Las cenizas del poeta Ángel Guinda, fallecido en Madrid en 2022, fueron enterradas en el cementerio del pueblo de Trasmoz, con vistas al Moncayo, mientras sonaba, como él quiso, el Canon de Pachelbel en el violín de Enrique Reyes y Trinidad Ruiz recitaba los versos de Un hombre feliz, el poema que Guinda dedicó a la localidad aragonesa.
Ángel Guinda
ME HE FUMADO LA VIDA
Me he fumado la vida
como el tiempo
Mirad esta laringe, esta tráquea,
estos bronquios y pulmones
ametrallados por la nicotina.
He fumado los gases subtárraneos
del Metro en sus andenes;
el aire de Madrid, sucio
como una traición a la luz más hermosa;
las nevadas del yeso en las pizarras,
la hoguera negra de los tubos de escape,
las hojas secas de la marihuana,
el asfalto, la niebla, la humedad,
la avellana tan blanda de los clítoris,
la espesa polvareda de lo siniestro
cuando huía de mi sombra,
y mi vida hecha polvo,
y el polvo que seré
bajo el árbol secreto de la muerte.
DdA, XX/5576
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