sábado, 16 de marzo de 2024

LA "FABONA" INDIGESTA DEL NORTE DE OVIEDO

 


José Ignacio Fernández del Castro

«Ingenuidad: Hay gente que aún cree que la norma “circule por la derecha” es de tráfico.» Jaume Perich Escala, conocido como EL PERICH (1941-1995): “Aforismos sobre derecha e izquierda”, Autopista (Cuando un bosque se quema algo suyo se quema... señor Conde) (1970). 

Antes de las firmas definitivas y el inicio de obras en la antigua Fábrica de la Vega, antes de empezar con el nuevo proyecto para el Bulevar de Santullano, la corporación ovetense se ha apresurado a inaugurar un preliminar: la remodelación de la rotonda de la Cruz Roja y las vías que la entroncan con la entrada/salida Norte de Oviedo por la autopista Y. Una remodelación que la retranca asturiana, tan aficionada a rebautizar con nombres populares los hitos y apaños urbanos, ha denominado por su forma “la fabona”.

Era la antigua glorieta de la Cruz Roja un lugar de tráfico intensísimo, con veintitrés mil vehículos de índice medio diario (llegó a ser de veintiocho mil hace un lustro) como peor dato repetido al menos 35 veces al año (lo que los técnicos denominan “Hora 35”)… Y se supone que el principal objetivo de la nueva gran plaza-mirador era pacificar esa movilidad masiva y a ratos caótica, a la vez que se facilitaban enlaces más fluidos desde ese punto a barrios como de la capital asturiana como Teatinos o Pumarín, y un acceso directo a y desde el tramo urbano de la autopista (también desde General Elorza o desde la Ronda Sur) hacia el Milán.

Todo ello ha supuesto configurar la “fabona” como un espacio de 4.661 metros cuadrados, que incluyen un nuevo mirador, hacia el pórtico de entrada a la iglesia prerrománica de San Julián de los Prados, con pretensiones de llevar a la ciudadanía a redescubrir un paisaje cultural que funde naturaleza y urbe para servir de lugar de encuentro y diversión, que en el futuro se irá uniendo a las zonas de parque del bulevar de Santullano, la Fábrica de Armas y el actual entronque de la autopista para una reconexión de los espacios anejos social y medioambientalmente sostenible.

¿En qué han quedado tan loables pretensiones?... Tras muchos años de obras diversas y los atascos típicos y tópicos en el entronque de la A-66 con la ciudad (sobre todo en las horas punta), lejos de remitir con la apertura de “la fabona”, parecen haberse recrudecido, incluso más allá de los debates estéticos o de dejar atrás las obras todavía en curso para ubicar la pasarela peatonal del ingeniero Javier Manterola (cuyos soportes ya lucen enhiestos a la espera de los tirantes para unir los barrios de Ventanielles y Guillén Lafuerza) mientras se derriba el puente de Ángel Cañedo (para construir una glorieta junto al Palacio de los Deportes que distribuya el tráfico de la zona)… Y es que, por ejemplo, sólo desde el comienzo de la nueva rotonda al cruce con la calle General Elorza, inicio de la “urbe densa”, hay tres semáforos en la vía principal que debemos sumar los que dan acceso a la oblonga glorieta desde las calles que en ella confluyen. Ello puede eternizar el acceso a la ciudad incluso para el transporte público (suponemos que todavía no funciona el prometido sistema especial "Prioridad bus" que dará preferencia a los autobuses urbanos e interurbanos cuyo GPS se conectará con un dispositivo de los semáforos para que les den paso al acercarse), como hemos comprobado incluso en mitad de la mañana de un sábado... Y hasta obliga a dar rodeos a los taxis urbanos cuando tienen que ir de las zonas aledañas al Palacio de los Deportes hacia Los Prados o el HUCA sin contar ya con el viejo puente.

Pero ¿qué dice la corporación?... El alcalde, Alfredo Canteli, siempre populistamente dicharachero, no parece muy dispuesto a hacer caso de aquello que decía Adolfo SUÁREZ (según recogía Fernando Jauregui en el Magazine de El Mundo, del 11 de mayo de 2008): «Un presidente no puede decir que conoce bien lo que está pasando, porque ve los atascos de tráfico desde el helicóptero»… Así que ha pisado al terreno para inaugurarlo desestimando cualquier queja por los continuos y largos atascos provocados por la “indigesta fabona”, al señalar, primero, que en las ciudades hay atascos” (o sea, quien no quiera atascos ¿debe irse a vivir al campo?), luego, que ese aluvión de atascos  “es bueno [porque evidencia que] la gente viene a Oviedo” (“si no entraran coches a Oviedo, no habría atasco ninguno”, ha dicho sacando pecho, o sea, quién quiera evitar atascos que se vaya a una ciudad menos viva o no salga de casa cuando las calles están animadas), y, por último, ha recordado que “son varias las entradas a Oviedo, como la Ronda Sur o la AS-II” (aunque, de hecho, esas vías alternativas de acceso y salida de la ciudad ya son cada vez más utilizadas y ello está produciendo un efecto de embotellamientos y contaminación acústica y ambiental en las calles de los barrios que se deben atravesar).

En fin, que unas obras que arrancaron en diciembre de 2022, dejan, tras catorce meses y más de cuatro millones y medio de euros invertidos, (paradójicamente cofinanciados con fondos de la Estrategia europea de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado, EDUSI, mientras se perdía otra partida de éstos vinculada a la construcción del centro social de Ventanielles), han multiplicado los atascos en la zona y, por añadidura,  han derivado un importante flujo de tráfico de entrada y salida de la ciudad hacia barrios como Teatinos, con el consiguiente aumento no sólo de los atascos, sino también de la contaminación acústica y atmosférica, antes casi inexistente… Por ello, las Asociaciones de Vecinos “Paulino Vicente” de Campo los Reyes y Teatinos, de La Monxina y Ventanielles Alto, “Fuente de Pando” de Pumarín, Centro Vecinal “Los Ríos” de Nuevo Ventanielles, y “San Javier” de la Tenderina han firmado un argumentado manifiesto en contra de las obras de entrada de Oviedo por “la fabpma”, recordndo su ya vieja oposición al proyecto por las mismas razones que ahora saltan a la vista: una regulación semafórica es confusa por cuanto numerosos semáforos permanecen en ámbar para los vehículos mientras están en verde para peatones, con evidente y grave peligro» para éstos; además el tiempo para el cruce de peatones es muy escaso; los carriles bici carecen de  continuidad; el llamado Mirador de Santullano es, en realidad, “un peligro para la salud” al situarse en “uno de los lugares con más contaminación acústica y atmosférica” de la ciudad” (curiosamente, el mismo lugar, la explanada de dos mil metros cuadrados, que el alcalde considera idóneo para hacer conciertos, para que la ciudadanía descanse en sus bancos o los ciclistas recorran ese carril hacia ninguna parte)… En definitiva, afirman, “han creado un problema mayor del que ya teníamos. Y todo por haber hecho estas obras sin haber realizado antes un estudio profundo de la movilidad en esta zona”… E incide en la apuesta por un modelo (que beneficia el transporte privado en detrimento del público) que “supone una contradicción con los requerimientos europeos sobre las zonas de baja emisión, tanto de ruido como de partículas en suspensión, al incrementar el acceso de los vehículos al centro de la ciudad y a los nuevos aparcamientos privados”,  por lo que urgen un Plan Estratégico de Movilidad Sostenible para el concejo de Oviedo “en el que la transparencia y la participación ciudadana es imprescindible”.

En definitiva, que el viejo aforismo de El Perich sigue muy presente en la capital asturiana y el “circule por la derecha” no es sólo ni principalmente una norma de tráfico… Pero es lo que han elegido, de forma casi entusiasta, los ovetenses.


     DdA, XX/5587    

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