miércoles, 24 de enero de 2024

LUCIANO ALLENDE, EN EL JARDÍN DE LA MEMORIA DEMOCRÁTICA


Hace unos días, la presidenta de la Comunidad de Madrid estuvo en Auschwitz para homenajear a las víctimas del Holocausto, coincidiendo con la masacre genocida que está sufriendo el pueblo palestino en la Franja de Gaza. Las mismas palabras que Díaz Ayuso pronunció en Auschwitz valdrían para las más de 25.000 personas asesinadas por la invasión israelí, pero la presidenta mantiene sobre esto un atronador y vergonzoso silencio. También merecerían de su parte homenaje y palabras las víctimas de la dictadura franquista asesinadas y torturadas en los sótanos del edificio que ocupa su gobierno, pero ni siquiera hay una lápida que las recuerde. Luciano Allende es uno de esos nombres que habitan el jardín de la mejor memoria, la que Ayuso ignora o desprecia. Lazarillo

Toni Álvaro

El hombre que carga en sus espaldas con el cuerpo exhausto de un compañero en la fotografía tomada por soldados americanos el 4 de mayo de 1945 durante el traslado de los supervivientes del campo de concentración de Neuengamme a la enfermería de Mecklenburg, se llama Luciano Allende y se vino al mundo en Santander. Tuvo una infancia pobre y complicada, y con 15 años emigró a Lyon para trabajar de vidriero. Un oficio jodido el de vidriero. El fuego te quema los ojos y la mezcla de ciertos minerales empleados como colorantes te quema los pulmones.
Tras el golpe fascista de julio del 36, Allende regresa a España para enrolarse en el Ejército Popular. Se chupa toda la guerra hasta cruzar a pie la frontera para ser escupido a Argelès y Saint Cyprien. Su única salida es enrolarse en una Compañía de Trabajadores Extranjeros. No le da la gana de rendirse tras la ocupación alemana y se integra en la Resistencia.
Luciano Allende participa en diversas acciones armadas contra las tropas alemanas hasta ser detenido por la Gestapo en marzo de 1944. No pueden sacarle nada y lo deportan a Neuengamme, una antigua fábrica de ladrillo utilizada como fábrica de horror por la SS. De las 106 mil personas que pasaron por allí perecieron más de la mitad. Luciano sobrevivió. El 4 de mayo de 1945 es ese hombre que mira a cámara cargando con un compañero a sus espaldas, porque siempre cargó con su responsabilidad en un mundo que sin tipos como él sería peor, nos haría peores.
Militante hasta el final de la CNT y la Federación Española de los Deportados e Internados Políticos (FEDIP), Luciano Allende se fue con su compañera Mariette a trabajar de apicultor cerca del Mediterráneo, ese vidrio azul en el que podía perder la mirada y recordar esas vidas que le daban sentido a todo. Luciano Allende murió el 23 de enero de 1983, en la paz de un zumbido de abeja, esparciendo sus cenizas en el jardín de un buen amigo, el libertario Paul Ferrare. Hay que cultivar nuestro jardín.

DdA, XX/5.549

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