DIARIO DEL AIRE, XX: UN TRABAJO IMPRESIONANTE HACIENDO MEMORIA

El tesón y el empeño puestos por Miguel Riera, director de la revista El Viejo Topo, en la que colabora este Lazarillo y cuyo primer número data de 1976, así como esa misma constancia puesta en la editorial del mismo nombre -donde también he publicado mi libro La memoria nombrada-, hacen que valore especialmente las generosas consideraciones que Miguel hace de este modesto Diario del Aire con motivo de su vigésimo aniversario. 

 

Miguel Riera

No hace mucho que me he enterado de que Diario del Aire va a cumplir los veinte años de publicación ininterrumpida. La verdad, no era consciente de esa longeva veteranía, quizá porque es una página que se lee fácil por lo amena, variada y por lo atinados que son sus textos, y que parece nacida ayer. Unos textos que con frecuencia firma Félix Población, que es quien coordina e impulsa esa página.

Diario del Aire da cuenta de la actualidad de la vida cultural española con breves reseñas de las novedades editoriales, pero no solo eso: también incluye artículos, en general no muy largos, en los que interviene de modo decidido en la crítica de la vida política española y de los acontecimientos que se suceden a nivel mundial, tan trágicos y luctuosos últimamente.

Pero, más allá del seguimiento atento de la realidad del momento, Félix Población es un investigador de la memoria y el tiempo. Su trabajo de rescate de nombres olvidados o de realidades que el tiempo ha ocultado (cuando ese ocultamiento no ha sido algo deliberado) es impresionante, por lo amplio y profundo y constante.

A mí, personajes así me merecen respeto y me causan una enorme admiración. De forma callada, Población saca del desván del olvido nombres y hechos que nadie más ha intentado rescatar, sin esperar recompensa ni medallas.

Mantener Diario del Aire durante veinte años tiene un mérito enorme. Lo sé muy bien porque yo mismo ando trajinando en parecidos esfuerzos. Por eso felicito, de corazón, a quienes contribuyen a la supervivencia de esa página, y muy encarecidamente a Félix Población.

DdA, XX/5.531