Amigos desde que nos conocimos en el sur, haciendo de reclutas en la milicia entre cantos marciales y versos de Juan Ruiz, tengo a Jacint por uno de los más fieles lectores de Diario del Aire desde que este Lazarillo se puso a editarlo hace dos décadas. Por eso y porque Jacint es un escritor -al que siempre leo con gusto- de una cultura a la que admiro, la catalana, como no puede ser menos entre quienes amamos la cultura sobre todas las cosas, agradezco la valoración que hace en este breve texto, junto a la de quienes le han precedido con su valiosos y generosos criterios. Yo también brindo por su salud y por la de las lenguas y culturas que nos unen.
Jacint Torrents
Con Diario del aire descubrí el universo de los blogs. Creé entonces, a imitación del tuyo, el mío propio, pero no lo mantuve más de cinco o seis años. O sea, que admiro tu constancia y la longevidad de DdA.
Periodista polígrafo con alma de poeta, en tus escritos la crítica ha sido, para mi gusto --que tiende al almíbar--, a veces acibarada. Pero, en fin, «algú ho havia de dir» (alguien tenía que decirlo), como decimos en catalán. Aunque se siembre la inquietud en el lector.
Sí, agradezco tus denuncias, el desenmascaramiento de tantas falsedades, los excursos literarios, tus incursiones asturianas, la incorporación de notables colaboradores y la de la musical Alicia. Y la de algunos textos míos, publicados en otras partes, y debidamente traducidos.
Al borde de los 75, no he conseguido aún hacerme una idea cabal de lo que es la vida, el mundo, el ser humano... Y tu DdA me aporta muchos datos. Tengo, pues, la sensación de que poco a poco voy aterrizando suavemente en el conocimiento de la realidad. Como pude contemplar desde tu casa que lo hacían las cigüeñas en las riberas del Tormes, amigo Lazarillo.
DdA, XX/5.548
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