viernes, 29 de diciembre de 2023

"LAS MUJERES NACIERON PARA EMBELLECER NUESTRA VIDA"


Macrino Fernández, estudioso de la vida y obra de la escritora librepensadora Rosario de Acuña (1850-1923), de cuya muerte en Gijón se ha cumplido este año el centenario, nos aporta este recorte de la prensa decimonónica española para que nos demos cuenta de la importancia que tuvo Acuña como adelantada del pensamiento en pro de los derechos de la mujer en los tiempos en que catedráticos de universidad como el citado pensaban lo que expone: Manuel de la Revilla, catedrático de la Universidad Central de Madrid, al tiempo que crítico literario, amamantado sin duda con la imaginería patria del «ángel del hogar», defiende con ardor la estampa tradicional. ¿A cuento de qué los estudios universitarios? La educación de la mujer debe «formarla para el amor y la maternidad, que son su destino, y para el hogar, que es su trono y su templo». En plan condescendiente, el catedrático admite que, asegurado lo fundamental, la mujer reciba una formación complementaria: «enséñesela a leer, a escribir, a contar, con algo de geografía y de historia, y ciertas elementales nociones de fisiología, de higiene y de historia natural»; quizás también algo de música, de dibujo o de poesía; pero todo esto es secundario no vaya a ser que se formen mujeres «enteramente inútiles para su verdadero destino».

DdA, XIX/5.527

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