Félix Población
Cuando la agencia de prensa francesa AFP entrevistó a Jawaher al Aqraa habían transcurrido poco más de dos semanas desde la invasión israelí de la Franja de Gaza. El número de víctimas civiles entre la población palestina se acercaba a las 6.000, de los que más de 2.000 eran niños y adolescentes. Hoy sabemos que la cifra ronda los 20.000, de los que la mitad son menores. Cuando los periodistas francesas entrevistaron a Jawaher, esta joven profesora estaba refugiada en la casa de su hermano, en el campamento de Dei El Balah, en el centro del territorio gazatí, porque la escuela en la que impartía clases de inglés podría ser bombardeada. "A veces trato de tapar, cantando, el estruendo de los bombardeos y de los drones. Pero los ataques se hacen cada vez más insistentes, así que me detengo, recito la shahada [profesión de fe musulmana] y luego vuelvo a cantar", contó Jawaher Al Aqraa entonces. "Las escenas de las que soy testigo -dijo- me llenan de ira. Solo tengo el canto para expresar mis sentimientos y los de las personas que han perdido a sus seres queridos y sus hogares. Mi paz mental pasa por la música y el canto". Junto a los hijos de su hermano, en la modesta cocina familiar, la joven profesora tocó al violín una canción en inglés compuesta por unos amigos suyos: "Soy invencible, irrompible, imparable, inquebrantable. Me derriban y me levanto", canta. Jawaher Al Aqraa sobrevivió a cinco guerras y a sucesivas escaldas de violencia, pero les dijo a los periodistas que presentía en esta guerra estar esperando su turno para morir, como les había ocurrido el día anterior a tres amigos. "Sería un milagro que me librara", añadió. Pasados casi dos meses desde aquel 25 de octubre en que la joven profesora fue noticia en la agencia francesa de información, no sabemos que habrá sido de Jawaher, si su presentimiento se habrá cumplido. Dijo haber nacido para ser libre y soñar que cantaba por el mundo difundiendo la causa de su pueblo. La música de su violín no se debería haber roto entre las ruinas de su tierra devastada. Tampoco su voz, que ojalá siga en pie combatiendo a la barbarie, porque, como dice el director de orquesta Daniel Barenboim, no es la acción militar sino el humanismo, la justicia, la igualdad y el fin de la ocupación lo que puede acabar con ese conflicto. El actual gobierno israelí está muy lejos de comprender esto.
DdA, XIX/5.524
No hay comentarios:
Publicar un comentario