Lazarillo
Desde nuestra manipulada perspectiva occidental, podría pensarse que la devastación y el genocidio que está sufriendo la población palestina en Gaza por parte de las tropas israelíes, a partir del brutal ataque realizado por Hamas el pasado 7 de octubre sobre la población israelí, debería comportar un reducción del respaldo que la ciudadanía palestina, tanto de Gaza como de Cisjordania, habría mermado. Pero no, una encuesta realizada el pasado miércoles en pleno conflicto y publicada ayer por el diario israelí Haaratz señala que que 42 por ciento de los encuestados en la Franja de Gaza y el 44 por ciento en Cisjordania apoyan a Hamas. Por contra, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, es rechazado por el 88 por ciento, en general, deseando que dimita. En caso de elecciones, Hamas ganaría en las urnas, por lo que la pretensión de Estados Unidos de que la Autoridad Nacional Palestina gobierne en la Franja de Gaza es totalmente improcedente. El político palestino más valorado por sus compatriotas es Marwan Barghouti (1959), uno de los líderes de la primera y segunda intifadas, que está encarcelado en una prisión israelí desde el año 2002. Israel lo considera un terrorista y pesan sobre él cinco cadenas perpetuas. Hamas pretendió, con ocasión de la liberación del soldado israelí Gilad Shalit, que Israel liberara a Barghouti en el intercambio de prisioneros llevado a cabo el 11 de octubre de 2021, pero las autoridades israelíes se negaron a hacerlo. Tampoco ahora ha sonado el nombre de Marwan Barghouti en el intercambio realizado o a realizar entre presos palestinos y rehenes israelíes secuestrados por Hamas. Barghouti representa una clara alternativa a las políticas desarrolladas por Mahmud Abbas, proponiendo la reconciliación con Hamas, el cese de la cooperación con Israel en temas de seguridad, el apoyo de la Autoridad Nacional Palestina a una protesta no violenta y masiva contra Israel y el boicot a productos israelíes.
DdA, XIX/5.519
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