martes, 28 de noviembre de 2023

CARLOS LÓPEZ OTÍN Y UNA COLLALBA DESÉRTICA EN LAS DUNAS DEL ESPARTAL


Ignacio Vega

Hay noticias que, cuando las lees, te producen una sensación agridulce. Como la que publica hoy el diario gijonés "El Comercio". Se jubila, como docente en la Universidad de Oviedo en la que es catedrático de Bioquímica y Biología Molecular, D. Carlos López Otín. Los que sois lectores del blog ya sabéis quien es D. Carlos López Otín. Habéis leído en este muro de Facebook varias noticias relacionadas con él. Antes de seguir con mi escrito, tengo que felicitar a D. Carlos por su muy merecida jubilación. Que le ha llegado al cumplir la edad reglamentaria. El próximo mes cumplirá sesenta y cinco espléndidos años. Le deseo que sea muy feliz y que nos acompañe durante muchos años más en su impagable labor investigadora. De la que, por ahora y que sepamos, no se jubila. Sigo.
Conocí a D. Carlos López Otín, a su esposa Dª. Gloria Velasco Cotarelo (otra excelente investigadora) y a sus hijos Laura LoVe (Laura) y Daniel López Velasco (Dani) hace ya muchos años. Tantos hace, que no recuerdo la fecha exacta. Pero con seguridad tuvo que ser antes del año 1997. En ese lejano año, un chavalín de diez años (ojo, diez años) localizó en las dunas del Espartal, en Salinas y a "dos pasos" de su domicilio, una collalba desértica "Oenanthe deserti". Nada más y nada menos que una collalba desértica. Para darse cuenta de la importancia de la observación: Hasta el año 2004 (siete años después de la observación de Dani) solamente hay doce (12) registros homologados de la especie en España. Ya apuntaba maneras, aquel crío, de lo que sería con el correr de los años. De lo que es ahora, siendo un hombre hecho y derecho. Maneras de que sería, lo que es, un ornitólogo de fama y prestigio mundiales. Vuelvo a D. Carlos, aunque no abandono a Dani.
Desde muy pronto (desde el primer momento, en realidad) nos dimos cuenta muchos de que ahí, en ese chavalín, "había madera". Que llegaría a ser alguien muy respetado en este mundillo del pajareo y de su rama más seria. La ornitología. Yo siempre fui, lo sigo siendo, una sanguijuela. Dicho, creo, en el buen sentido de la palabra. Pero una sanguijuela, al fin y al cabo. Procuré, procuro, arrimarme siempre al buen árbol para que él me dé buena sombra. Arrimarme a quienes considero los mejores en el campo de la ornitología. Tenemos la fortuna, en Asturias y en España, de tener muy buen nivel ornitológico. Supongo que a muchos pajareros os sonarán los nombres de Alfredo Noval Junquera o Elías García Sánchez. Ellos dos, junto a Daniel López Velasco son (a mi entender) las tres patas principales sobre las que se sostiene la ornitología asturiana de las últimas décadas. A los tres tuve la gran suerte de conocer. Y con los tres trabé amistad. Ellos, junto a muchos otros ornitólogos sin tanto nombre, pero con grandes conocimientos, fueron mis maestros. De todos ellos aprendí (sigo aprendiendo) gran parte de lo que soy como pajarero. Sigo mejorando día a día. Siendo un eterno aprendiz. Alfredo Noval Junquera y Elías García Sánchez ya no están entre nosotros. Los dos se fueron pronto. Alfredo Noval Junquera se marchó muy pocos años después de jubilarse. Y Elías García Sánchez nos dejó en plena madurez creativa. Siendo un ornitólogo y músico de un reconocidísimo prestigio internacional. Nunca es "pronto" para que alguien nos deje de forma definitiva. Pero en el caso de Elías sí que lo fue. Demasiado pronto. Vuelvo a D. Carlos y su familia.
Gracias a D. Carlos y su esposa D. Gloria, a su paciencia conmigo cada vez que llamaba al teléfono fijo de sus casas (un ordenador personal o un teléfono móvil eran, por aquellos años, casi ciencia-ficción) para preguntar alguna cosa a Dani, pude empezar a tener cierta relación con ellos. Con el paso de los años, aquella puerta abierta que los padres de Dani me dejaron, hizo que actualmente la relación con ellos haya germinado en amistad. Una amistad de la que no puedo menos que estar agradecido y orgulloso. Sé también que las puertas que se abren hay que mantenerlas abiertas. Que una relación es como una planta. Si no se cuida bien, la planta se marchita, se seca y se muere. Pero también sé que si ellos, sus padres, no me abren la puerta y me invitan a pasar, no estaría escribiendo este rollo. Muchas gracias. Prosigo.
Los años fueron pasando. Aquél chavalín y su hermana (otra niña por entonces) ya son dos espléndidas personas adultas. Con su vida encauzada. Lo que, para los que tenemos la suerte de conocerlos, es un motivo de satisfacción. Laura es licenciada en Medicina y trabaja en ello. Dani, también licenciado en Medicina, ha convertido su pasión (la observación de aves) en su profesión. Es, como dije antes, un ornitólogo de fama y prestigio mundiales. Y uno de los propietarios de la empresa Ornis Birding Expeditions. A ambos, mi enhorabuena.
Vuelvo a D. Carlos López Otín. Y abandonando el tratamiento de "don" que empleé hasta ahora, lo hago para desearle que disfrute del descanso docente, de su pasión investigadora y de la compañía de sus seres queridos. Que se lo ha ganado a pulso. Felicidades y muchas gracias, Carlos. Los que te queremos, deseamos que seas muy feliz, allá en donde desees desarrollar tu impagable labor investigadora y proseguir tu vida. Tengo que darles las más sinceras gracias a Carlos y Gloria por haberme abierto la puerta y dejarme entrar para, así, poder llegar hasta donde he llegado. Muchas gracias por su amistad. Tengo que agradecerles lo mismo a Laura y Daniel. Dos excelentes seres humanos. Con Laura tengo un trato menos frecuente. Aunque no menos cariñoso. Es una persona, Laura, que se hace querer. De Daniel, de Dani, ya lo he dicho casi todo. Espero que podamos seguir siendo amigos muchos años. Poder seguir disfrutando de sus alegrías, entristeciéndome con sus problemas. Poder seguir aprendiendo de su excelente magisterio ornitológico. Siendo, cada día y gracias a él y otros cuantos amigos más, mejor pajarero. Mis más sinceras gracias. Fin, casi, del ladrillo. Os adjunto unas fotos a la noticia de la jubilación de Carlos y a un precioso semblante que Dª Laura Cabiedes-Miragaya, profesora de Economía Aplicada en la Universidad de Oviedo y especializada en Economía de la Salud, escribió en el mismo periódico (el diario gijonés "El Comercio") y en la misma edición impresa (martes, 28 de noviembre del 2023). Ambas noticias son para suscriptores. En su escrito, la autora también desgrana algunas de las claves por las que Carlos se jubila al cumplir la edad reglamentaria. Porque muy bien podía haber prorrogado este trámite y continuar impartiendo su magisterio. Gracias por haber tenido la paciencia de leer hasta el final. Buen martes.

DdA, XIX/5.507

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