Félix Población
Hasta los medios de comunicación occidentales, proclives a "comprender" que el Estado de Israel tiene "derecho a defenderse", se extrañaron el pasado 7 de octubre cuando recurrieron a titulares que mostraban un punto de perplejidad ante la brutal acometida de Hamás contra ciudadanos israelíes. con el resultado de más de un millar de personas asesinadas, muchas más heridas y algo más de dos centenares secuestradas.
¿Cómo pudo darse tal ataque sin que los poderosos servicios de inteligencia israelíes tuvieran indicios del mismo? Pues bien, transcurrido más de un mes y medio de aquellas masacre y cuando la ofensiva israelí sobre Gaza va camino de llegar a las 15.000 víctimas mortales entre la población palestina (de las que más de la mitad son niños, mujeres y ancianos), empiezan a cobrar sentido la que siempre nos pareció una cifra desproporcionada de víctimas tras el ataque de Hamás, teniendo en cuenta que nunca había ocurrido algo semejante.
Periódicos tan bien informados generalmente como Haaretz o The Times of Israel vienen dando algunas claves que puede aclarar esa masacre que sirvió para que el estado de Israel llevara a cabo otra mucho más brutal, y aún en activo, sobre la Franja de Gaza. Según los citados medios, el ejército y la aviación israelí mataron a un número indeterminado de ciudadanos de Israel en una operación emprendida por varios helicópteros militares contra milicianos del Movimiento de Resistencia Islámica y que incluyó también a ciudadanos israelíes que participaban en el Nova Festival.
La información se basa en un documento de las fuerzas de seguridad israelíes, mencionado por algunos medios de este país, aunque la policía rechace estas informaciones. El informe se basa en el testimonio de milicianos de Hamás que fueron apresados el 7 de octubre y señala que los disparos del helicóptero alcanzaron a civiles que participaban en el evento musical, según se puede leer en el diario israelí ‘Haaretz’.
«Los terroristas de Hamás tenían orden de mezclarse lentamente con la multitud y no moverse bajo ninguna circunstancia», señala el citado periódico. «Así, intentaron engañar a la Fuerza Aérea para que creyera que los que estaban abajo eran israelíes. Este engaño funcionó durante un tiempo, hasta que los helicópteros Apache se liberaron de todas las restricciones. Los pilotos tuvieron dificultades para distinguir quién era un terrorista y quién era un israelí», prosigue. El documento explica que «cuando se percataron, algunos decidieron emplear munición de artillería contra los terroristas por su cuenta, sin tener autorización de sus superiores». El diario Yedioth Aharonoth también recoge que helicópteros de las Fuerzas Aéreas israelíes realizaron intervenciones en el ataque de Hamás del 7 de octubre, aunque no especifica si abrieran fuego o no contra civiles israelíes.
Es en ocasiones tan atroces como la vivida en Israel el pasado 7 de octubre cuando conviene revisar lo que significa la llamada Directiva Aníbal, que nada tiene que ver con el histórico general cartaginés sino con el acrónimo en hebreo que significa Prisa, Neutralización, Secuestro, Localización, una secuencia de palabras para encapsular situaciones de tanta gravedad como la que sorprendió extrañamente a los servicios de inteligencia israelíes.
DdA, XIX/5.502
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