Félix Población
Según el Sindicato de Periodistas Palestinos, son hasta ahora 11 los profesionales de la información palestinos que han sido víctimas de los ataques armados israelíes contra la Franja de Gaza. Otros 20 periodistas palestinos han resultado heridos como consecuencias de esas operaciones militares. Hasta medio centenar de organizaciones de medios locales, regionales e internacionales han sufrido también las consecuencias de los ataques israelíes, según informa ese mismo sindicato en un boletín de prensa.
Obviamente, este tipo de informaciones no las escucharemos en los telediarios, pero que en sólo siete días las tropas israelíes hayan asesinado a once profesionales de la información palestinos denota hasta qué punto le molesta a Benjamin Netanyahu la presencia de estos periodistas y las crónicas que puedan ofrecer desde sus lugares de observación. El propio primer ministro israelí ha barajado la posibilidad de que la agencia de noticia Al Jazira sea expulsada del país.
La última de estas víctimas fue el videógrafo de la agencia de noticias Reuters Issam Abdalklah, asesinado el pasado 13 de octubre cuando informaba junto a un equipo de reporteros de otros medios en el sur del Líbano. Es preciso señalar que mientras en medios de comunicación franceses, como France24, se califica de asesinatos a este tipo de acciones, son pocos los medios españoles que utilizan este sustantivo, prefieren aquello otro de "han resultado muertos".
Tampoco parece que algunas asociaciones profesionales de periodistas de nuestro país se muestren muy diligentes a la hora de condenar estos crímenes. Su actitud recuerda la que mantuvieron y mantienen con el periodista español Pablo González, encarcelado en Polonia desde hace 20 meses y cuya permanencia en la cárcel se ha prolongado hasta en cinco ocasiones sin que se conozcan los hechos que se le imputan, sólo el cargo del que se le acusa: espionaje. González permanece en una celda de cinco metros cuadrados 23 horas al día, no se le permite comunicación telefónica con sus hijos y su esposa apenas lo ha podido visitarle tres veces en estos veinte meses. Así de podrida está la profesión en España*.
En cuanto a Israel, conviene citar que al lado de un ejército que asesina a periodistas palestinos, hay un periódico, Haaretz, y un director, Amos Schocken, que desde hace más de veinte años considera que para informar con la mayor dignidad posible del conflicto hay que contar con profesionales palestinos e israelíes en la redacción del diario. Todo un ejemplo para un conflicto que se debe resolver contando con las dos partes.
*Es de significar que la mayoría de los medios españoles que están cubriendo actualmente las elecciones en Polonia, olvidan el caso del periodista vasco encarcelado desde el 28 de febrero de 2022, acusado de espionaje, sin pruebas ni garantías y en un aislamiento casi total.
EL TUIT DEL DÍA
DdA, XIX/5.471
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