Lazarillo
Posiblemente no se acuerde, o sí, si es que tiene por costumbre esa tan propia de no pocas figuras de las letras, las artes o cualquier otra actividad pública y notoria de guardar aquellos primeros recortes de prensa en los que fue dada a conocer su inicial actividad. Cuando entrevisté a Luis Mateo Díez en la redacción del periódico para el que trabajaba, siendo yo por aquellos un joven redactor, el escritor leonés apenas era conocido, tan poco conocido que mis preguntas se basaron más en la referencia que en la lectura de sus primeros libros. Debo decir, sin embargo, que lo poco que conocía de sus obras iniciales me pareció atrayente, singular y hasta cierto punto prometedor, sin atreverme a predecir la exitosas carrera que tendría luego, pasados unos años, con buena parte de sus libros. Por ese tiempo sólo había publicado una selección de relatos, Memoria de hierbas, y las crónicas legendarios de Apócrifo del clavel y la espada sobre el escenario de un valle del noroeste leonés. Al día de hoy, Luis Mateo Díez fue dos veces Premio Nacional de Narrativa y también Premio de la Crítica, además de ser académico de la RAE y puede que a no mucho tardar Premio Cervantes. El motivo de la entrevista es su nuevo libro Vicisitudes, que es muy hermosa palabra.
Hecha esta introducción, resalto estas declaraciones del escritor leonés a la revista Zenda, cuando el periodista le pregunta qué es lo más inteligente que se puede hacer hoy, una cuestión que a la edad del entrevistado y ante el atosigante mundo exterior real, virtual y mediático que se respira, sólo podía tener la respuesta que este Lazarillo ahora mismo comparte, aunque quizá sustituiría en el titular "crucial" por otro adjetivo algo más rotundo: "Lo más inteligente… Sin volver a una mirada, en fin, pesimista, para mí, con mi edad y en el tiempo en que vivo, lo más inteligente, después de tanto haber andado por ahí, es estar tranquilo en casa. No hay fuera ninguna aventura que me subyugue lo suficiente como para salir de casa. Vivimos en un mundo en el que es crucial refugiarse, y saber organizar en tu interior, en tu existencia y en tu escenario el espacio de tu vitalidad. He ido a un proceso de retraimiento y de búsqueda de refugio personal, donde están las cosas más placenteras y donde estoy más a gusto. Antes, la batalla de cada día era salir por ahí; hoy, la de volver y estar tranquilo".
DdA, XIX/5.457
2 comentarios:
En las manifestaciones por mejoras sociales, desde pensiones a sanidad y enseñanza públicas, e incluso por subidas del salario mínimo, lo que más se ven son canas de gente a la que el cuerpo le pide quedarse en casa, pero que sienten que aún hay mucha batalla que pelear.
El status de intelectual no suele salir a la calle, aunque sea necesario.
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