sábado, 30 de septiembre de 2023

NO SE TRATA DE ELEGIR ENTRE ABASCAL Y PUIGDEMONT

 Lazarillo

Cuanto mayor es la falta de cultura en un país, mayor es la simpleza de quienes lo habitan porque es la cultura la que da conocimiento crítico para combatir toda simpleza. España no es una nación que se caracterice precisamente por la cultura de su ciudadanía, de otro modo habrían dejado de existir hace tiempo -pongamos por caso- los espectáculos basados en la tortura y muerte de los toros, ya sea en los cosos o durante los festejos en determinadas localidades. Pero si la cultura con mayúscula es deficitaria entre nuestros conciudadanos, con unos índices de lectura que siguen siendo muy bajos, la cultura política es francamente -el adverbio de no es baladí- nefasta, más que nada por lo que supuso la dictadura de castración y retardo de esa cultura. De ahí que en coyunturas políticas como la que ahora se vive con el asunto de la amnistía a los políticos catalanes del lamentable proceso vivido en aquel país en 2017, la simpleza aflore a borbotones a flor de calle, como apunta el articulista Pedro de Silva. Esperemos que su influencia sea la menor posible en la elección del gobierno de España porque, de lo contrario, volveremos hacia atrás para dar la razón a mi admirado Ramón Carande al referirse a la característica esencial de nuestra historia (demasiados retrocesos). De momento, no lo olvidemos, el partido ganador en la urnas es el que podría pilotar ese regreso al pasado en compañía de su extrema derecha:


                   DdA, XIX/5.458                

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