miércoles, 20 de septiembre de 2023

EL CONDUCTOR NO SE ENTERÓ DEL ATROPELLO Y TRANSPORTE DE UN CORZO


Lazarillo

Al parecer, según sus propias declaraciones, el conductor de este vehículo, durante el trayecto que conduce de La Robla a León por la carretera nacional 630, sólo sintió un leve impacto en el frontal de su coche sin percatarse, al estacionarlo en un barrio de la capital provincial, que tenía empotrado y muerto en el radiador a un corzo. Esta al menos es la versión del despistado conductor, pero tengo comprobado que en carreteras donde existe la advertencia correspondiente que indica la presencia este tipo de animales como es la que va en esa misma provincia leonesa de Boñar a Cistierna, son contados los vehículos que circulan a la velocidad obligada. Es más, en esta carretera, desde que ha sido renovado el asfalto hace unos meses, he podido asistir como ciclista al tránsito de vehículos que superan incluso la velocidad recomendada en autovías. No son pocos los que van a más de 120 por hora. Con ello no estoy diciendo que el conductor del vehículo superase los 90 kilómetros por hora obligados en una carretera nacional, pero sí puedo asegurar, por haberlo visto personalmente, que alguna vez aparece en las cunetas de carretera que va de Boñar a Cistierna algún corzo muerto como consecuencia del impacto provocado al ser atropellado por un vehículo. Estoy convencido de que eso es más improbable que ocurra circulando a la velocidad obligada y que sí se pueda dar con más frecuencia a velocidades superiores. Puede que también a mayor velocidad sea más difícil enterarse del atropello y transporte de un corzo, empotrado en el radiador de tu coche con sus 20 o 30 kilos de peso, pero permitan que lo dude.

     DdA, XIX/5.449     

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