sábado, 19 de agosto de 2023

UNA IMAGEN DE PAREJA PARA VERSE NACER


Félix Población

A quienes tengan en la actualidad una edad similar a la de los protagonistas de estas dos imágenes y se sientan llamados a comparar los tiempos con medio siglo de historia por transcurso, no les pueden ser indiferentes las de Judy y Jerry Griffin. Ambos se conocieron en 1969 en el festival de Woodstock el 15 de agosto, fecha en la que se iniciaba aquella histórica convocatoria hippie de tres días en la que se asistía a un prolongado concierto de música rock. Su escenario fue una granja de 240 hectáreas en el condado de Sullivan, estado de Nueva York. 

Según leemos, Judy y sus dos acompañantes caminaban por la carretera después de una avería en su vehículo a 150 kilómetros del enclave de los conciertos: "Cuando la joven se lamentaba de su mala suerte, justo el día de su cumpleaños, y de la posibilidad de no llegar al festival, un joven detuvo su furgoneta. Se llamaba Jerry y les invitó a subir a furgoneta. Judy dudó porque nunca había hecho autoestop antes, pero al ver que en el vehículo había otra chica, se animó a aceptar la oferta".

Desde entonces hasta el 15 de agosto de 2019 transcurrieron cincuenta años. Judy y Jerry son padres de dos hijos y abuelos de cinco nietos. No pensaban que de sus tres días de juvenil y amoroso encuentro en el festival de Woodstock pudiesen haber quedado en una imagen grabada en un documental rodado en la edición de ese año, y que, una vez localizada, les ha permitido compararla con la suya medio siglo después en parecida pose.

Así es el río de la vida, que en buena medida nace allí donde encontramos a la que será madre de nuestros hijos y nos acompaña por el curso de la existencia hacia la mar. De seguro que a Judy y Jerry les habrá venido bien verse nacer en esa imagen. Se lo están diciendo a la cámara medio siglo después. Supone todo una victoria que da razón a sus vidas después de aquel azaroso encuentro en el camino que les llevaba a los dos al festival musical de Woodstock.

Vaya para ellos este soneto de un poeta que posiblemente les sea conocido por la magnitud universal de su obra y que fue asesinado por el fascismo hace estos días 87 años, Federico García Lorca:

Tengo miedo a perder la maravilla
de tus ojos de estatua y el acento
que de noche me pone en la mejilla
la solitaria rosa de tu aliento.

Tengo pena de ser en esta orilla
tronco sin ramas; y lo que más siento
es no tener la flor, pulpa o arcilla,
para el gusano de mi sufrimiento.

Si tú eres el tesoro oculto mío,
si eres mi cruz y mi dolor mojado,
si soy el perro de tu señorío,

no me dejes perder lo que he ganado
y decora las aguas de tu río
con hojas de mi otoño enajenado.

DdA, XIX/5.421

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