viernes, 18 de agosto de 2023

HAY QUE SECAR EN EL JARDÍN DE LA VIDA LA FLOR DE LA VIOLENCIA

Félix Población

A Joan Manuel Serrat le debemos mucho la gente de mi generación y siguientes. No son como para repetir -por sabidas- las razones y emociones de esa afirmación porque, en el caso que me corresponde, basta con decir que unas y otras forman parte de lo mejor de mi adolescencia, cuando estábamos muy hartos de silencio y mordaza, y encontramos en la voz de Serrat la nuestra, en buena medida, y en sus canciones la herramienta con la que abrir un foco de luz en aquellos horizontes cerrados. Llegada la hora del retiro, una vez sembrado el camino de su vida con la laboriosa y melodiosa mensajería de su canto, me parece que el prolífico legado musical de Joan Manuel Serrat debería estar más presente en la educación y cultura de las jóvenes generaciones de nuestros días por el valor global y testimonial de su trayectoria artística y, también, por algunos comentarios del cantautor catalán como el que ha propiciado este comentario, fruto de esa misma trayectoria comprometida con su época y muy recomendable de cavilación y ejercicio en cualquier tiempo, pero sobre todo en el que estamos y en los que me temo podrían llegar. Es imprescindible, vital, urgente, que esa flor tan cultivada de la violencia en nuestra sociedad actual se seque, nos dice Serrat. Los modos para contribuir a ello son los mismos de siempre, y alguna vez, no hace mucho, se ensayaron. Se sabe el método, pero hay que ponerlo en práctica y no se está haciendo todo lo que sería menester para ello -antes pienso que al contrario a base de ruidos y falacias-, mientras la flor de la violencia no deja de crecer y crecer en medio de la indiferencia o negligencia general, como una planta cada vez más invasiva de nuestra convivencia, sobre cuya incuestionable necesidad para ser personas libres se cierne su amenaza:


"Hay que tener un poco de cojones, o quizá muchas ganas de vivir para no dejar que te mate una amenaza; yo tengo muchas ganas de vivir, de beber hasta la última gota de vida que tenga, pero beberla así, con felicidad, en la mayor plenitud posible. La violencia es una flor que nosotros hemos cultivado, y la queremos arrancar a tirones; lo mejor es dejarla que se seque. Tenemos que dejar de regarla todos los días con esa mierda que produce la televisión, violencia sin sentido y sin explicación, dejar de regarla con nuestros miedos. Pareciera que en lugar de ver el crimen que se está cometiendo, observamos una película como si aquello no doliera, no sangrara, no llorara. Tenemos que poner en el jardín cultura, arte, música, tecnología y sobre todo, amor. Eso seca sin duda a la violencia”. J.M. Serrat.

DdA, XIX/5.420

No hay comentarios:

Publicar un comentario