miércoles, 26 de julio de 2023

UN CONGRESO SIN ECHENIQUE E IRENE MONTERO

 


Hoy vuelves a tu puesto de trabajo @PabloEchenique

Podrías haber cuidado tu imagen; ahora eso se lleva mucho. Lo tenías fácil, pero decidiste ser el más valiente y generoso a la hora de enfrentar al adversario, sabiendo que te iban a crucificar los medios. Te ganaste un veto por haber sido el más entregado en todos los combates. Algunos despreciarán tu brutal inteligencia y dirán que un político debe protegerse, pero tú nunca has sido un político; tu siempre has sido un militante. Nunca has sido comunista pero encarnas como nadie lo más valioso que aportó la militancia comunista: que la inteligencia sin agallas es solo mediocridad. Los cambios, amigo, se consiguen con gente como tú. Hay más dignidad y heroicidad en tus 40 kilos y en tus dedos frágiles manejando una silla que en todos los políticos cínicos y sonrientes que progresan y flotan como corchos porque se saben esconder durante los combates. Te admiro y te quiero, camarada. Una vez más, ante ti, rodilla en tierra.


Lazarillo

Se nos va de la política Pablo Echenique y bien merece esta ausencia la despedida que hoy le hace Pablo Iglesias con muy pocas pero muy explícitas líneas. No habría ocurrido esto si el camino que emprendió con Podemos no hubiese sido interrumpido por quienes se inventaron otra marca política que no lo aceptó en las listas electorales que el pasado domingo fracasaron en las urnas. Echenique volverá a su trabajo de investigador en el CSIC, dejando una imagen inolvidable en el Congreso de los Diputados. Sentado en su silla de ruedas, sus intervenciones fueron siempre altas y claras. Personalmente siempre recordará este Lazarillo el día en que hace ya unos cuantos años, en los inicios del partido morado, nos conocimos en Zaragoza, cuando se solidarizó con mi amigo el filósofo Antonio Aramayona, que durante un par de años se manifestó en la calle en su silla de ruedas, día tras día, en contra de los recortes y en pro de una escuela laica. Fue aquella una ocasión para advertir que la inteligencia y el sentido del humor acompañan a Pablo al lado de la generosidad. Yo espero que Echenique no nos deje del todo y que alguna que otra vez nos muestre su perspicacia en el análisis de la actualidad escribiendo en los medios. La torpeza y el oportunismo político no deberían silenciar su voz, ahora que la hemos perdido allí donde era más necesaria, como la de su querida Irene Montero. Este Lazarillo siente una profunda melancolía, tendente a la depre, echando ya de menos la ausencia de uno y otra del Congreso. Aún así, que nadie nos diga que no se puede.


Estaba muy cerca de ella. Vi cómo temblaba de rabia, cómo se le agolpaba el llanto y se le quebraba un poco la voz... y cómo sacó la fuerza —aún así— para hacer una intervención que ya es historia de la lucha contra el fascismo. Hoy no me puedo quitar esta foto de Dani Gago de la cabeza. Pablo Echenique

DdA, XIX/5.403

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