miércoles, 12 de julio de 2023

MANZANOS CONTRA EL FUEGO EN EL MONTE NARANCO



Félix Población

Aunque a la mayoría al menos de los alumnos asturianos que cursamos el bachillerato durante la dictadura nunca se nos llevó estudiar y admirar in situ los monumentos prerrománicos del Naranco, Santa María y San Miguel de Lillo con nuestro profesor don Claudio Infanzón Sánchez, es de resaltar por parte de quienes luego pudimos valorarlos in situ como una de las obras arquitectónicas más importantes de nuestro país, y sin duda las más sobresaliente de Asturias junto a Santa Cristina de Lena, la noticia que leemos en el diario La Nueva España.

Habiendo sufrido el monte Naranco esta primavera unos incendios forestales de gran extensión e intensidad, un empresario ovetense, propietario de un restaurante en ese monte, ha comentado al citado periódico que su negocio hostelero hubiese corrido peligro de arder esos días si no hubiese plantado años atrás en su finca aledaña (100.ooo metros cuadrados) 1.200 manzanos. 

En lugar de eucaliptos, que propagan el fuego con rapidez en caso de incendio, ese hostelero plantó hace un lustro el árbol frutal más afín en sus diversas variedades a la tierra asturiana, al objeto de fabricar una determinada marca de sidra. Según Juan Vigón, que así se llama el empresario, todas las variedades de manzana se dan bien en el lugar, hasta el punto de que la producción este año puede llegar a los 30.000 kilos. Treinta toneladas de fresca cosecha contra el fuego, que también podrían preservar -si las aromadas pomaradas se extendiesen- los monumentos prerrománicos en caso de que se repitan incendios como los de esta primavera. 

Vigón intentó ampliar la extensión de su propiedad comprando las fincas colindantes, pero no hubo forma de identificar a los propietarios, algo que siempre es un problema en Asturias a la hora de hacer gestiones de este tipo o prevenir los incendios, sobre todo cuando esas fincas están abandonadas a su suerte, algo harto frecuente en la Asturias rural menos poblada.  

La consideración final que merece la noticia del diario asturiano es que deberíamos prevenir los incendios con el mismo celo que pone en ello este empresario ovetense para evitar que algo suyo se queme, como decía aquel viejo eslogan: Cuando el monte se quema, algo tuyo se quema*. No estaría nada mal preservar de las llamas el ubérrimo paisaje astur, al que desde hace unos años persiguen contumazmente las llamas, a base de producir sidra.

*Toquemos madera porque hasta la fecha el verano está siendo en nuestro país muy benigno en esta materia, sobre tod0 en relación con los grandes desastres del precedente.

     DdA, XIX/5.392     

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