Lazarillo
Quizá una de las promesas electorales más llamativas, y hasta seductoras, entre las que se están proponiendo con ocasión de las próxima y caniculares elecciones generales de julio es la que plantea la actual vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo Yolanda Díaz, lideresa del movimiento Sumar y candidata a la Presidencia del Gobierno por un total de quince partidos englobados a la izquierda del Partido Socialista. Díaz promete para el año que viene reducir la jornada laboral a 37 horas y media semanales, con la intención de seguir haciéndolo en los sucesivo hasta llegar a las 32 que se propone como objetivo final. Para ello tiene en cuenta el proceso histórico que ha permitido la reducción de la jornada laboral a lo largo del tiempo, haciendo constar que esto es algo que se ha interrumpido en los últimos treinta años. A este Lazarillo le llama la atención que una medida como esta, tan susceptible de gustar al electorado, no tenga en las palabras de Díaz, ni en el formato del anuncio, la convicción requerida ni el tratamiento formal más idóneos. Puede que me deje llevar por una sensación subjetiva, pero me parece que doña Yolanda ha perdido confianza en sus palabras y que tampoco se acertó en la forma de transmitir el mensaje, al que acompaña una banda sonora muy alta de volumen que más que resaltar el contenido lo enturbia y lo sustrae de comunicabilidad.
DdA, XIX/5.378
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