Emilio Amor
Sutil,
Aunque sin duda condenada a disolverse,
La neblina del mar se va adentrando en
la mañana
Y avanza por las calles húmedas de la
ciudad y el puerto,
Junto a ebrios noctámbulos
Y sublimes garotas con el rimmel corrido
Y el carmín esfumado por algún torpe
amante.
No quedan más que naufragios en el alma
Y despreciamos cualquier forma miserable
de salvación,
No hay nostalgia ni futuro que valga.
Sólo queda el abrirse paso a dentelladas
Como un escualo azul,
Con la cabeza alta y los ojos bien
abiertos
Para no perder de vista al mar
Que es la única salida.
El mar y desde hace tiempo, aún más, las
tempestades.
DdA, XIX/5.357
No hay comentarios:
Publicar un comentario