jueves, 18 de mayo de 2023

DATOS ECONÓMICOS Y DEMOGRÁFICOS A CONSIDERAR POR UN ELECTOR DE LA REGIÓN LEONESA



Félix Población

Una vez más, la ciudadanía de esa comunidad forzada a capricho que se ha dado en llamar Castilla y León (conveniente la lectura del libro de mi recordado Anselmo Carretero El viejo reino de León) acudirá a las urnas este domingo para hacer posible, salvo sorpresa gorda, un nuevo gobierno autonómico de la derecha, posiblemente con la ultraderecha incluida, tal como está. 

Por eso es conveniente y hasta necesario tener en cuenta las cifras demográficas y económica que el Observatorio Económico de Proyecto León ha hecho públicas oportunamente en estas fechas. Titular: La región leonesa (León Zamora y Salamanca) sigue a la cola de las seis provincias castellanas que con las mencionadas conforman la comunidad de Castilla y León desde 1983. 

Lo que más cabe resaltar en ese informe es la diferencia existente en creación de población activa entre las dos regiones de Castilla y León. En Castilla la Vieja se incrementó en un 60 por ciento, pasando de 395.600 personas a 632.000 (1982-2022), mientras que las tres provincias juntas de la región leonesa pasaron de 326.300 a 389.300, esto es, sólo un 19,31 por ciento. 

Si Castilla y León, gobernada por la derecha durante casi la totalidad de esos cuarenta años, ocupa el antepenúltimo lugar en el crecimiento de la población activa se debe a la precaria evolución de la región leonesa, cuya población activa creció al ritmo de la de Asturias, donde parece que hay una conformidad casi enfermiza con su destino, habiendo sido lo que fue en el pasado. 

En el informe aludido también podemos leer que la región castellana está algo por encima en renta a la media española, mientras que la región leonesa está casi un 20% por debajo. Esto incide directamente sobre las posibilidades de captar fondos de cohesión, algo que se habría producido de concurrir en solitario la región leonesa a las convocatorias, mientras que Castilla la Vieja tendría menos acceso a las ayudas por su alto nivel de renta.

 “Sin embargo, la Junta de Castilla y León -leemos- no promovió la solicitud a la UE por separado, de forma que reflejase la extrema diferencia entre ambas regiones. De esta manera los fondos europeos se captaron debido a la pobreza de la región leonesa, pero se aplicaron en todas las provincias de la autonomía, incluyendo las que superaban la media española de renta. Este artificio contable representa un fraude de ley y un perjuicio deliberado a los leoneses”.  

En cuanto al invierno demográfico que viene sufriendo la región leonesa, baste decir que 176.893 habitantes se han ido de las tres provincias que la integran desde 1983. Zamora y León, concretamente están entre las cinco provincias españolas por su evolución negativa. La leonesa perdió un 15,82% de sus habitantes mientras que la castellana no llegó a un 3 por ciento (40.829). De los 217.0725 habitantes que perdió la actual autonomía de Castilla y León, el 81,3% de la pérdida poblacional corresponde a las provincias leonesas. Valladolid, por su parte, ha aumentado su población en 30.345 personas, un 6,22%. 

Sería de justicia y elemental memoria que estos datos estuvieran presentes en los mítines que se vienen celebrando durante la campaña electoral en la región leonesa y que cada elector de este territorio los tuviera en su mente a la hora de depositar su voto.

     DdA, XIX/5.352     

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