Remedios Palomo
Después de pasarnos la vida viendo películas americanas contra la esclavitud, ahora resulta que EEUU es la meca de la compraventa de bebés y de la explotación reproductiva de sus madres. Vuelve la esclavitud y es tendencia mediática.
Sobre la explotación reproductiva y la compraventa de bebés en España no hay debate, está prohibida desde el año 2006. Pero tiene truco: en 2010 se aprobó una Instrucción para permitir la inscripción en el registro civil de los bebés adquiridos en el extranjero como hijos de sus compradores. .Así vivimos en España.
Por eso Javier Cámara, Miguel Bosé, Miguel Poveda, la baronesa Tyssen, Jaime Cantizano, el Torito aquel que ”bromeó” con poner a su bebé Altagama por lo que le había costado, viven en España tan campantes esquivando el delito porque la propia cínica legislación se lo permite. En España somos capaces de exigir justicia por los supuestos bebés robados del franquismo y defender el derecho a comprar seres humanos por parte de cualquier ser que se lo pueda permitir. Semos asín.En España somos capaces de reivindicar la adopción de animales y a la vez promover la compra de seres humanos. Semos asín.
Si la investigación para la gestación de seres humanos in vitro hubiera prosperado, las mujeres habríamos sido exterminadas. Pero sin mujeres no hay personas y como las mujeres siempre han estado ahí para satisfacer los deseos de los hombres, en palabras de Rousseau para hacerles la vida fácil y agradable, tenemos lo que tenemos, la explotación y la esclavitud a la carta.Y sí, Ana Obregón es mujer y es explotadora y esclavista, pero nadie ha dicho que no haya mujeres que defienden el patriarcado como estructura de dominación masculina. El caso de Anita es más sangrante aún porque cobra de nuestros impuestos.
No nos engañemos. Estos individuos no son padres ni madres sino propietarios como lo fueron los dueños de esclavos y esclavas desde la Antigüedad. Por mucho que los medios de comunicación sean colaboradores necesarios en la difusión de esta barbarie, porque siempre hay dinero detrás de los crímenes contra la humanidad, la evidencia se acabará imponiendo.
DdA, XIX/5.411
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