Félix Población
Me dicen que la vicepresidenta segunda del Gobierno, ministra de Trabajo y lideresa de un proyecto político acogido bajo el infinitivo Sumar no estuvo ayer en la manifestación feminista celebrada en Madrid con motivo del Día Internacional de la Mujer.
Me ha sorprendido esa ausencia, pero mucho más la razón o excusa por la que Yolanda Díaz no acudió a las calles en una fecha tan señalada, en compañía de otras ministras del Gobierno. Al parecer, era el cumpleaños de su hija. Cuando lo supe creí que se trataba de un rumor porque no me cabe en la cabeza una justificación tan poco verosímil, por mucha que sea la devoción que tenga por su hija esta señora, a la que hay que agradecer, desde luego, su excelente gestión al frente de la cartera que ocupa.
Que esa información se produzca cuando, según se ha publicado, pronto habrá noticia respecto al proyecto político que Sumar representa, una vez terminada la que se ha dado en llamar fase de escucha, me ha hecho pensar en que la ausencia de Díaz de la manifestación multitudinaria celebrada en Madrid podría tener otros ocultos motivos.
Por otro lado, después de las imágenes que nos han mostrado a la ministra de Igualdad sola en el banco azul, luego de que se aprobara la reforma de la Ley del sólo sí es sí -lúcidamente analizadas por Gerardo Tecé-, estoy por inclinarme a que Yolanda Díaz no saldría victoriosa, en el caso de que fuera candidata, en un proceso de primarias abiertas a la ciudadanía, tal como ha propuesto Pablo Iglesias, en el caso de una eventual confluencia de izquierdas para las próximas elecciones generales.
Creo que entre la ausencia de Díaz de las calles ayer y la soledad de Irene Montero en el banco azul, esta última sería la elegida por esa necesaria confluencia de izquierdas. El oportunismo y la equidistancia no valen para Sumar.
DdA, XIX/.5.394
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