Félix Población
Dados las fuentes y canales de información disponibles en los países europeos y la censura impuesta a las fuentes y canales rusos, es complicado saber el balance de la guerra que padece Ucrania tras la invasión rusa de hace un año. Me parece que no son fiables los datos procedentes de una y otra parte, la Rusia de Putin, donde la libertad de expresión es más que cuestionable, o las naciones europeas, donde la OTAN impone sus normas, seguidas con mayor o menor fidelidad por la mayoría de los medios de comunicación.
Esto es algo que se ha demostrado últimamente con los artículos del periodista norteamericano Seymour Hersh sobre la destrucción (atentado) del gaseoducto de Nord Stream por Estados Unidos, criticados o silenciados mediáticamente. Hubo periódicos que catalogaron a Hersh de villano después de considerarlo héroe.
El hecho es que según publicó la Red Voltaire el pasado 10 de febrero, la web turca Hürseda Haber facilitó la información arriba consignada, para la que se ha servido como fuente del Instituto de Inteligencia y Operaciones Especiales de Israel, más conocido por Mossad. Los datos forman parte del artículo firmado por Thierry Meyssan en Red Voltaire bajo el titular La derrota de Ucrania no significa el fin de la guerra.
Saque el discreto lector las conclusiones que mejor considere, pero si estos números fueran ciertos o incluso solo aproximados, la continuidad de la guerra y la falta de expectativas diplomáticas para ponerle fin son aún más criminales de lo que ya están siendo. Y no olvidemos que formamos parte de esa estrategia, suscrita por el gobierno más progresista de la reciente historia de España, con el envío continuado de armamento.
El presidente de la república francesa Emmanuel Macron, que no presume de progresista, tiene previsto en abril un viaje a China para abrir la posibilidad de una mediación del gobierno de Pekín en el conflicto, algo que ya debería haber sido programado por algún otro líder de la Unión Europea (UE) a la que pertenecemos y que presidirá pronto Pedro Sánchez. A estas alturas creo que solo el gobierno chino puede evitar no solo la continuidad de la guerra sino lo que se derivaría de su temeraria prolongación a medida que la UE y Estados Unidos refuercen el poder militar de Ucrania.
Sean cuales sean los datos, quien pierde por ahora es el país invadido y su población: la que sufre la guerra en vivo, militares y civiles, y los cinco millones de ucranianos que salieron de Ucrania hace un año, encontrando -estos sí, como debería ocurrir con todos sin que ocurra- las puertas abiertas de la Unión Europea.
DdA, XIX/5.387
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