Félix Población
Uno de los voceros -mejor sería decir voceras- de la derecha extrema o de la extrema derecha, de esos que
apuestan porque una y otra acaben siendo socios en el gobierno de la nación, se
ha puesto gritón y faltón más allá de lo ya habitual en sus soflamas. Este
individuo vive de eso desde hace decenios porque para eso lo empleó en sus inicios
la obispalía, ese gremio que se ceba desde hace casi un par de milenios con la
doctrina del amor fraterno. ¿No tiene ya más que rebasada la edad de jubilación este energúmeno? Es actualmente el decano de los comunicadores en España y puede que lo sigamos viendo ante el micrófono por unos años más con el odio por bandera.
Llama Losantos a elDiario,
por su exclusiva adelantando a sus lectores del discurso de Ramón Tamames para
la moción de censura al Gobierno que presentará próximamente Vox en el Congreso, “diario comunista, golpista, podemita,
ultraizquierdista, todo juntito según fórmula habitual del locutor, prueba inequívoca a mi juicio de lo mal que
le ha sentado su contenido.
No sabemos lo que diría, desde
los medios que acaudilla este nefasto personaje, de haberse enterado del discurso
de Tamames una vez fuera pronunciado en la tribuna, pero a falta de tal
reacción sí nos vale la de Federico tras la exclusiva de la periodista Carmen
Moraga: no le gusta. Y como no le place, va y se pone el tipo en su salsa, que
es la del estruendo condenatorio en contra de un medio al que profesionalmente habría
que felicitar por su exclusiva, no por lo que Jiménez llama “filtración”.
Vox -entiende el citado voceras de la reacción- debería retirar la moción de censura y parar a tiempo “este esperpento”. No le van a hacer caso Abascal y su plana mayor porque la suerte ya está echada. La reiteración en Vox, con esto de las mociones, va ser en esta ocasión un factor a tener en cuenta en las urnas, posiblemente en su contra.
Ramón Tamames va a hacerle un último favor a esa izquierda a la que hace mucho renunció. Será cualquier cosa
Losantos, pero de tonto no tiene un pelo, y por eso sigue dando voz en fase de
senectud a lo más retrógrado de la sociedad española. Me pregunto hasta cuando será rentable mediáticamente este tipo al que
recientemente alguna entidad ha premiado por su indecente protagonismo en el
ámbito de la comunicación, desde el que no ha dejado de vomitar inquina y
resentimiento.
DdA, XIX/5.401
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