miércoles, 1 de febrero de 2023

UN PAÍS DE MIERDA QUE HACE SENTIRSE INÚTILES A SUS MAYORES



Dimas Martínez

Antonio tiene 86 años y, por primera vez en su vida, se siente un inútil.
Él, que sobrevivió a una guerra, a una posguerra y a una dictadura.
Él, que empezó a trabajar siendo un guaje.
Él, que picó carbón durante tres décadas.
Él, que, cuando salía de la mina, todavía tenía fuerza para atender el ganado y cavar la huerta.
Antonio no sabe encender un ordenador, le cuesta un mundo manejar el teléfono y tiene que pedir ayuda a su hija para sintonizar los canales de la TV, pero él, al igual que la mayoría de hombres y mujeres de su generación, ayudó a levantar este país con sus propias manos. El mismo país de mierda que les hace sentirse inútiles por no saber usar un cajero automático o ser incapaz de concertar una cita por Internet.
Y que nadie venga con eso de que "los viejos tienen que aprender". No, quienes teníamos que aprender éramos nosotras y nosotros. Aprender de una generación que nunca dejó a nadie en el camino, ni a sus mayores ni a quienes veníamos detrás.
Eufemísticamente, al abandono que están sufriendo lo llamamos brecha digital, pero en realidad se llama desprecio, falta de empatía e insolidaridad. Y detrás está el capitalismo, un sistema cruel, usurero y profundamente INHUMANO.

DdA, XIX/5.364

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