Félix Población
No se nos da la fecha exacta en la que el fotógrafo Carlos Vivas captó esta imagen en Caño del Moro, Ciudad Rodrigo, pero sí el año, el más trágico de la historia de nuestro país, 1936. No podemos saber, por lo tanto, si esta familia que descansa a la sombra de un árbol está ya viviendo en su entorno el que será llamado Verano sangriento con el que dio comienzo la Guerra de España, mal llamada Guerra Civil. A pesar de las carencias perceptibles en quienes aparecen en la fotografía, de la que por razones que no sabemos está ausente el padre, hay en la sonrisa de la madre, despiojando a la más pequeña de la familia, una cierta sensación apacible que invita a pensar que todavía no ha tenido lugar en la capital de la provincia aquel disparo en la Plaza Mayor que causó la primera matanza de civiles, entre los que estaba una muchacha adolescente. Dos de las niñas duermen con ostensibles muestras de cansancio, mientras que el muchacho, de mayor edad, mira con atención hacia un determinado punto, con el codo apoyado en la rodilla y la mano en el mentón. Puede que esté observando a su padre y espere el momento de colaborar en la faena, después de haber comido en compañía de sus hermanas. A la pobreza en la que discurría la vida de familias como esta, y que se prolongaría hasta los años sesenta de la dictadura franquista como leímos en Los santos inocentes, de Miguel Delibes, se le sumaría ese mismo año de 1936 y los siguientes la tragedia de un episodio histórico que traería muy graves consecuencias para gentes como las que aparecen en esta fotografía. Entre estas y la familia de Paco el Bajo, tal como reflejó Mario Camus en su magnífica película, apenas hay diferencia, casi treinta años después.
DdA, XIX/5.342
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