martes, 13 de diciembre de 2022

¿TEME FEIJÓO UN SEGUNDO ACOSO DE AYUSO COMO EL QUE ACABÓ CON CASADO?


Félix Población

Fue a finales del mes de febrero cuando Pablo Casado se despidió en el Congreso de su liderazgo al frente del Partido Popular entre los aplausos de los diputados que le habían abandonado. Los éxitos de Ayuso en las elecciones autonómicas madrileñas y una concertada campaña mediática de la derecha extrema acabaron con quien, desde un principio, no estuvo capacitado para encabezar al primer partido de la oposición.

A partir de ahí hubo una suerte de campaña en no pocos medios de comunicación, incluidos aquellos más progresistas, en pro de Núñez Feijóo que nos lo presentaban como el líder moderado que necesitaba el Partido Popular para salir de la sombra extremista que se cernía sobre Génova desde la presidencia de la Comunidad de Madrid. 

A eso se le llamó el efecto Feijóo y no pasó de durar unos pocos meses, visto que el derrotero del político gallego una vez se afincó en Madrid no se diferenciaba apenas del de su predecesor, como por otra parte cabía esperar. Podría pensarse incluso que, con su salto a la política nacional, el expresidente de la Xunta de Galicia defraudó las expectativas puestas en su gestión.

Así hemos llegado al día de hoy, en el que, después de unas declaraciones reiteradamente ultramontanas  de Ayuso, inspiradas como todas por su asesor de cámara (“Pedro Sánchez va camino de una dictadura”), Núñez Feijóo ha solicitado un adelanto electoral sobre la fecha prevista para los comicios dentro de un año. 

Lo hace cuando el llamado efecto Feijóo se ha desinflado por completo, se ha reducido a la mitad el trasvase de votos que su liderazgo lograría de los electores situados en el centro político y han crecido también dentro de su partido el descontento sobre su gestión. Podría pensarse, ante esas un tanto inesperadas declaraciones de Feijóo, que en el transcurso del año que falta para la celebración de las próximas elecciones generales, no se viera muy seguro en el puesto que ocupa como candidato de su partido a la Presidencia del Gobierno.

Tengo claro que desde el que fuera Palacio de Comunicaciones de Madrid no se dejarán de intentar, por parte del asesor jefe de Ayuso y con el respaldo imprescindible de la derecha extrema mediática, nuevos asaltos al despacho principal de la calle Génova, siempre que quien se siente allí muestre debilidades, como las mostró Casado y las está mostrando Núñez Feijóo.

Eso podría ocurrir, a pesar de los casi 8.000 ancianos que murieron durante la primera ola de la pandemia en la soledad y el abandono de las residencias dependientes del gobierno autonómico presidido por esa aspirante a La Moncloa.

     DdA, XVIII/5.326     

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