Félix Maraña
He publicado muchos artículos sobre Raúl Guerra Garrido y presumo de haber hecho el libro más completo sobre él: "Inventario de Raúl Guerra Garrido". Durante 50 años hemos vivido y desvivido. En las revistas que hicimos, en el dolor del tiempo. En 2005 promoví la traducción al euskera de sus cuentos y dirigí unas jornadas en Donostia, patrocinadas por la Diputación Foral de Gipuzkoa. Y hoy le he dedicado este apunte de afecto en El Correo, con el título de una de sus novelas más profundas, más poéticas, donde el pensamiento de toda un hacer literario y humano fue dejando posos: "El otoño siempre hiere". Raúl no lograba encontrar un título. Le dije varios, todos dentro de la novela, pero el primero de la lista fue el definitivo. Cuidé la edición de esta novela, por encargo de Raúl, como cuidé de otros de sus cinco libros. No es mérito mío. Pero me ayuda a despedirme de él. Eso he hecho con muchos escritores. Pocos me lo han agradecido como él. Y eso me ayuda a despedirme de él. Hemos ido con dos rosas rojas a despedirle, Kori y yo, a solas. Y hemos estado a solas con él, después de haber abrazado a Maite y sus cuatro hijos: Maite, Raúl, Agustín, Luz. Agur eta ohore.
DdA, XVIII/5.320
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