Félix Población
Hace un mes, una propuesta memorialista por parte de Más
Madrid solicitaba un espacio conmemorativo en recuerdo de las víctimas de los
bombardeos facciosos sobre el Mercado de las Fuencarraleras, en el barrio
madrileño de Tetúan. Los hechos se produjeron pocas fechas antes de las
Navidades de 1936, durante el acoso aéreo (Legión Cóndor) y terrestre que estaba sufriendo la capital de la República, y que en esta ocasión causó una decena de muertos y algo más de varios centenares de
heridos entre la población civil.
Las fotografías de aquella tragedia
inspiraron a Pablo Picasso una de las viñetas de su grabado Sueño y Mentira de
Franco, que con su Guernica fue expuesto en el pabellón español de la
Exposición Universal de París en 1937. Mas Madrid exponía en su solicitud que
en el recuerdo conmemorativo se incluyeran también “a todos los hombres y
mujeres víctimas de la Guerra Civil y la represión franquista”.
También se
especificaba expresamente que “el diseño y la naturaleza de tal espacio, monumento o lugar
de memoria, así como los textos que lo acompañen, sean fruto del trabajo
consensuado entre entidades de memoria histórica e historiadores, cuya línea
promueva los valores básicos de la convivencia y respeto democráticos”.
Pues bien,
la propuesta fue rechazada por la derecha extrema y la extrema derecha,
considerando –según la concejala del Partido Popular, Blanca Pinedo- que su
posición es contraria a la Ley de Memoria Democrática, “pactada con etarras”. Tanto
su partido como Vox hicieron valer solo a las víctimas de la checa del cine
Europa, ubicada también en el barrio de Tetuán, y a las de Paracuellos, obviamente, episodios
represivos ocurridos en la retaguardia republicana.
Habrá por lo tanto en los próximos
presupuestos municipales una partida de 5000 euros destinados exclusivamente a
colocar una placa en memoria de los represaliados en el Cinema Europa, un centro
de detención anarquista. Como se recordará, quienes gobiernan el Ayuntamiento de Madrid son también los responsables de haber eliminado las placas con los nombres de los 3.000 republicanos que no fueron fusilados en el cementerio de La Almudena durante la guerra sino por la dictadura instaurada, cuando ya se cantaba en los patios de las escuelas y colegios del país aquello tan bonito de "volverá a reír la primavera al paso alegre de la paz".
DdA, XVIII/5.333
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