sábado, 31 de diciembre de 2022

CUANDO LA REINA LETIZIA SE QUEJABA DE SU VIDA TRISTE

Carlos Taibo

El cambio de año es un estímulo para hacer cuentas con uno mismo. Hoy me ha dado por recordar lo importante que es estar al tanto de las oportunidades y saber aprovecharlas. Porque la vida puede cambiar de rumbo en un santiamén.

Y es que me ha venido de nuevo a la memoria algo que acaso he contado aquí alguna vez. Hace muchos años conocí a la actual reina de España, Leticia Ortiz. Me hizo dos entrevistas, supongo que sobre Rusia, en uno de esos engendros televisivos que creó el grupo Prisa. Recuerdo que con ocasión de una de esas entrevistas me contó su vida triste. Vivía en un barrio del extrarradio madrileño y tenía que levantarse, pesarosamente, a las cinco de la mañana para acudir a trabajar. Recuerdo también que, absorta en la preparación de la siguiente pregunta que tenía que hacerme, no prestaba ninguna atención, y no lo disimulaba, a mis respuestas, circunstancia que reconoceré que anunciaba de su parte una notable inteligencia.

Pero voy a lo que me interesa. Si hubiera estado un poco espabilado, le habría tirado los tejos a Leticia y con un poco de fortuna hoy sería, claro, rey de España. Tendría, por añadidura, dos preciosas y rubias hijas. Se iba a enterar alguno que yo me sé. Menudas soflamas que me iba a marcar en nochebuena.

Un amigo que me quiere bien me dice, cortésmente, que algo falla en el razonamiento, sin desvelar, eso sí, lo que es. Supongo que duda, legítima pero equivocadamente, de mis dotes de seducción.

DdA, XVIII/5.338

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