Félix Población
Ciertamente, lo ocurrido ayer
en el Tribunal Constitucional es muy grave. Desde el intento de golpe de Estado
de 1981 no ha vivido la democracia española un episodio tan preocupante para su
estabilidad. Si aquel Tejero valleinclaniano lo hubiera sabido -comenta alguien
en las redes-, habría estudiado para juez. El Constitucional ha utilizado el
poder que le dan las togas para amordazar al Parlamento de la nación. Pretende
que el poder legislativo, fruto de las urnas y la voluntad popular, no legisle.
El bloque conservador de ese
tribunal ha prohibido a las Cortes la tramitación de la reforma que renovaría ese
tribunal, dado que dos de los magistrados que tienen desde hace meses su
mandato caducado han decantado la votación con un resultado final de seis a
cinco. O sea, el Constitucional ha rechazado apartar a estos dos señores, que
vienen cobrando sus respectivos emolumentos (en torno a 13.000 euros mensuales)
sin que les corresponda desde el mes de junio, gracias al voto (jueces y parte)
de cada uno de ellos.
Haga lo que haga el Gobierno de
la nación, el más progresista de los últimos 45 años, creo que la sociedad
española debería estar sensibilizada ante esta tropelía que una vez más nos
avergüenza ante Europa. Me temo, sin embargo, que en esta ocasión la
convocatoria de una gran manifestación popular en las calles no tendría la
respuesta que tuvo aquella que siguió a la esperpéntica jornada del 23 de
febrero de 1981, cuyas interioridades aún desconocemos.
Me parece, con todo, que esa
convocatoria debería estar prevista en la agenda de la mayoría parlamentaria. El
Constitucional no puede marcar con su actitud un precedente histórico que
representa el enfrentamiento directo entre dos poderes del Estado, gracias a
que dos de los magistrados afectados por la reforma no se abstuvieron como les
correspondía.
Al Partido Popular y a la extrema
derecha, que han propiciado esta situación, les corresponde recibir una
respuesta masiva de la ciudadanía demócrata en las calles porque se la ha
amordazado en el Parlamento, sede de su soberanía.
Léase@también:"Cuando llegamos al Congreso el 6/12/2015, alguien muy importante me dijo: ‘No os van a dejar gobernar’. Yo pregunté: ¿Las derechas? Me dijo: ‘los tuyos. El poder judicial y sus brazos’. ‘No os van a dejar gobernar’, os repito”. Artículo de Pablo Iglesias en CTXT: No os van a dejar gobernar.
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