ADOLFO LLAMAS: MOZART, Y BRAHMS Y CORELLI

Isabelo Herreros

Hace unos días se nos ha marchado nuestro amigo Adolfo Llamas, con quien tanto bebíamos y gozábamos de la noche madrileña de los ochenta y noventa . Ha sido al lado del Mediterráneo, donde vivía desde hace años aquejado de graves dolencias. Fue asiduo de nuestra tertulia de los jueves, desde los tiempos en que la iniciamos a finales de los ochenta, en el Café Gijón. Publicista de oficio, trabajó en RTVE, si bien lo suyo era la narrativa oral, con historias disparatadas, a veces atroces, de mundos que ignoramos. Recomiendo leer una historia que contó a Almudena Grandes: Mozart, y Brahms y Corelli. Se encuentra en Internet en forma de maravillo cuento de la autora de Las tres bodas de Manolita. Esa narración y otras muchas, eran parte de su mirada vitriólica y lúcida de la vida cotidiana en esas ciudades superpuestas que están a nuestro lado, pero que no frecuentamos. Adolfo si, visitaba esos lugares, a los que a veces yo le acompañaba. Persona cultísima, melómano, bibliógrafo, y también coleccionista de todo tipo de libros, cuadros y objetos relacionados con el erotismo. Guardo recuerdos maravillosos de esta persona singular, entrañable, tras una mascara de desgarro y pose de Max Estrella. Generoso y solidario con amigos y amigas, en particular con quienes padecían enfermedad o soledad. Mis condolencias para Concha, familia y amigos. Descansa en paz amigo. Que la tierra te sea leve. Foto Fernández Liz.

DdA, XVIII/5.319