miércoles, 9 de noviembre de 2022

REPUGNANTE ARTÍCULO DE SERGIO DEL MOLINO CONTRA PABLO IGLESIAS

Lazarillo

Cuesta trabajo imaginar, y de hecho creo que nunca se ha producido algo similar en la ya larga historia de PRISA, que un colaborador de esa casa, como lo es Pablo Iglesias Turrión todos los lunes en El Ágora de la Cadena SER, haya sido tratado de modo tan repugnante por un asiduo colaborador del diario El País, el escritor Sergio del Molino, en un artículo que firma hoy en las páginas de Opinión de ese periódico. Titulado en la edición digital Yolanda Díaz y el lastre de Podemos, el autor sostiene que si no corta esa cable, Iglesias arrastrará a la vicepresidenta al fondo de ese gallinero paranoico en el que [Iglesias] vive. Colabora con ello el firmante en la campaña de ataques y difamaciones a Podemos que el partido morado no ha dejado de recibir desde su fundación y que desde la aparición del movimiento Sumar, que lidera la vicepresidenta segunda del Gobierno, se va a centrar en acabar con la fuerza política con la que se identifican, según las encuestas publicadas hoy mismo, la mayoría de los votantes a la izquierda del Partido Socialista. Hoy por hoy, sin Podemos nada podrá esa izquierda, y Sergio del Molino lo sabe, por eso ha escrito lo que ha escrito, en respuesta a la petición de respeto que Pablo Iglesias ha pedido a Yolanda Díaz para los militantes del partido morado, al que la ministra gallega debe lo que es y también la buena labor que está haciendo desde el ejecutivo. Como es bien sabido, Sergio del Molino acaba de publicar un libro muy reparador sobre Felipe González el de los GAL, que el escritor llama novela "sobre una parte de la historia de España [...] a través de quien fue el presidente que asentó la democracia y propició el cambio histórico más profundo y espectacular del país". Dice del Molino en El País:

 

Un día después de arrojar culebras y sacos de estiércol sobre Yolanda Díaz en un auto de fe bautizado como la Uni de Podemos (uni, de universidad), el coportavoz del partido de Belarra, Javier Sánchez Serna, salió a pedir respeto en tono imperativo: “Hay que respetar a Podemos”. Tras un fin de semana de burlas e insultos al proyecto de Díaz, y después de haber condenado por traición a los últimos cronistas y columnistas afines que les quedaban en la prensa, desde la soledad residencial de Somosaguas, reclamaban para sí un respeto que jamás han concedido a los demás. Con Pablo Iglesias aún al frente de lo que una vez fue un movimiento político, y en el tono más marrullero y engorilado que se le recuerda, Podemos pide respeto, y al pedirlo confirma su irrelevancia en la articulación de una izquierda a la izquierda del PSOE. Cualquier proyecto en ese sentido debe faltarle al respeto o ignorar lo que queda de Podemos. Yolanda Díaz no tiene nada aún, ni estructura ni plan, pero esa nada es la única posibilidad de la izquierda a la izquierda del PSOE para pintar algo en la próxima legislatura. Podemos no va a ningún sitio sin Díaz, pero es probable que Díaz tampoco llegue a ninguna parte si no suelta antes ese lastre resentido y chorreante de bilis.

Si no corta ese cable, Pablo Iglesias —el autodepuesto aunque aún amado líder— la arrastrará al fondo de ese gallinero paranoico en el que vive, donde todos conspiran contra él y no consiente que nadie ponga peros a su condición de víctima. No ha dejado Iglesias ni un resquicio para la tragedia. Su caída no va a inspirar ni un verso. No ha permitido que se compadezcan de él ni quienes comprometieron su reputación e independencia de opinadores para defenderle, y hoy, ya sentenciados por herejes, se lamen las heridas en público, liberados del voto de obediencia que se impusieron. Quien abanderó la transversalidad y una política participativa, abierta y ajena al partidismo e incluso a la rigidez ideológica (la que aún propugna Díaz en teoría) es hoy un predicador agresivo que amenaza con disparar balas que no son de fogueo (aunque espero que sí metafóricas) contra todo lo que se mueva fuera de su podcastYolanda Díaz y Sumar están a tres insultos de ser incluidos en esa conspiración. Ni España ni los votantes de izquierdas a la izquierda del PSOE merecen que su representación política esté tutelada por un personaje tan tóxico.


     DdA, XVIII/5.304     

1 comentario:

iberista dijo...

La hagiografía de Sergio del Molino sobre Felipe González (Un tal González), al cual sitúa a la altura de los héroes mitológicos, basta para definir al personaje. Una lectura minuciosa de sus textos sobre la España vaciada ya dejan entrever la catadura oportunista del tal Sergio,, transformado ahora en intelectual orgánico al servicio del felipismo más trasnochado.

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