Félix Población
La caótica situación de la sanidad pública en Madrid echó ayer a la calle a “decenas de miles” de manifestantes, según los primeros titulares publicados por el diario El País, subsanados luego por “centenas de miles”: 200.000 según la Delegación del Gobierno, y más de 700.000 en estimación de los organizadores.
En cualquier país de nuestro entorno una convocatoria tan multitudinaria representaría un serio aviso al partido que gobierna en la Comunidad de Madrid, pero en España alguien de ese partido ha tenido la desvergüenza de considerar un fracaso la manifestación puesto que solo protestó el uno por ciento de la población.
Piensa quizá que la reserva de votos favorables al Partido Popular es tan considerable en la capital del Estado que da igual lo que se grite o cuánto se grite en la calle si, a la postre, como ocurrió después de que fallecieran miles de ancianos abandonados a su suerte en la residencias durante la primera etapa de la pandemia, el partido en el gobierno regional responsable de ese gerontocidio obtiene la mayoría absoluta en las urnas.
¿Qué ocurrirá después de esta manifestación multitudinaria? ¿Será, como manifestó ayer Unidas Podemos, el principio de la caída de Ayuso como presidenta autonómica? Me temo que no, por optimistas que se puedan ver las cosas después de una convocatoria tan exitosa. De momento, lo que tiene enfrente la derecha gobernante en Madrid, contando siempre con el apoyo de la extrema derecha, es a un Partido Socialista incapaz de encontrar un candidato con posibilidades de reparar los fracasos sufridos últimamente en las urnas en esa región, y a una izquierda cuyo único e interesadamente jaleado titular mediático es el de su división.
Tantos miles de voces
juntas, protestando ayer en las calles de Madrid contra el posible
desmantelamiento de la sanidad pública, merecerían algo mejor que las
expectativas divisionarias que una vez más se ciernen entre los
partidos de izquierda ante el próximo e importante año electoral. De nada valen las lecciones de la historia, aunque no estén lejos, como lo ocurrido en las autonómicas de Madrid hace unos años, o en las pasados comicios autonómicos en
Andalucía, hace tan solo unos meses.
Léase@también: El momento histórico obliga a que Podemos y Sumar eliminen sus microdisputas (CTXT)
DdA, XVIII/5.307
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