Félix Maraña
Berrea
Una manada de pijos,
desatados en berrea,
gritan como una marea,
en busca de nuevos hijos.
En sus ventanas, prolijos,
reclaman a las gestantes,
que se ofrecen, exultantes,
a rematar la faena.
Es repugnante la escena,
ahora, mañana y antes.
Pero Ayuso acude presta,
bendiciendo el esposorio,
este asqueroso jolgorio,
porque a ella no le molesta.
Que le parece una gesta
propia de la tradición,
zanjando la discusión
de manera miserable.
Su lengua es veneno y sable
que oscurece la razón.
DdA, XVIII/5.282
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