Lazarillo
A falta de otras celebraciones, relacionadas con la reciente historia del Partido Socialista Obrero Español, se celebra en estos días la conmemoración del cuadragésimo aniversario de la victoria democrática del PSOE en la elecciones de octubre de 1982.
Éramos jóvenes entonces y era tierna muy tierna la joven democracia española que un año antes había sufrido un intento de golpe de Estado del que se desconoce en la actualidad mucha e importante información, como por ejemplo qué papel jugó el rey Juan Carlos I, si estuvo con los golpistas o, como figura en la historia oficial, fue su tardía intervención (seis horas después de la ocupación del Congreso) la que evitó que los militares sublevados se salieran con la suya.
En relación con la doble jornada vivida en la Carrera de San Jerónimo el 23 de febrero de 1981 y el 28 de octubre de 1982, el por entonces semanario El Socialista publicó un artículo con mi firma bajo el titular En la calle y a cuerpo, en clara alusión al poema de Gabriel Celaya. La gente se echó esa noche a las calzadas celebrando la rotunda victoria en las urnas del PSOE, en notable contraste con una ciudad que veinte meses antes había sufrido un despoblamiento brutal, con el vecindario atemorizado y encerrado en sus domicilios.
El artículo terminaba con el deseo de que la calle, festivamente tomada por la gente desde la Plaza Mayor hasta la Plaza de Neptuno, no quedara cerrada nunca más por episodios como el del 23 de febrero del año anterior y que al cambio prometido por el PSOE no lo cambiaran de nombre.
DdA, XVIII/5.298
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