jueves, 8 de septiembre de 2022

LAS BRIGADAS INTERNACIONALES SE ASOMAN AL ESTADIO DEL CELTIC DE GLASGOW

 


Félix Población

Se disputaba en Glasgow el partido de fútbol correspondiente a la Champions entre el Celtic y el Real Madrid. Lo de menos para lo que me ocupa es el resultado, a la vista del vídeo que circula por las redes estos días. En el mismo se escuchan un cántico en recuerdo de las Brigadas Internacionales que combatieron en la España republicana frente al fascismo durante la guerra de 1936. Hay alguna pancarta con su símbolo en el estadio y la bandera tricolor de la segunda República es agitada entre el respetable, mientras se escucha la canción que entona un numeroso grupo de asistentes (Viva la 5ª brigada).


Esto me recuerda que también el último libro sobre las Brigadas Internacionales es obra de un autor de latitudes británicas, Giles Tremlet. Se titula Las Brigadas Internacionales. Fascismo, libertad y la Guerra Civil española. Se trata de un libro muy documentado, que refleja las las luces y sombras de aquella expedición militar, y que aporta datos muy pormenizados sobre las batallas en las que participaron sus miles de integrantes, recordados el pasado martes en el estado del Celtic. 

Es muy posible que los cronistas deportivos españoles no aludieran a la incidencia durante las retransmisiones radiofónicas o televisivas del partido. No se si por ignorancia o por olvido voluntario. Eso sí, no dejaron sin resaltar de exquisita deportividad con la que el público escocés aceptó la contundente derrota de su equipo y aplaudió el buen fútbol del adversario. 


Es de recordar que en Escocia existe un monumento que recuerda al medio centenar de voluntarios escoceses que participaron en la Guerra de España en defensa de la segunda República. Está situado en el Parque de la Duquesa de Hamiliton y fue vandalizado en una ocasión con pintadas y proclamas franquistas. Fue entonces, hace poco más de un año, cuando un ciudadano llamado Steve McGowan acudió con su hijo para limpiar el monumento, a fin de enseñarle "lo que está bien y lo que está mal", según explicó él mismo en un hilo de Twitter. 

Tengo mis dudas acerca de si esta espontánea reparación se podría dar hoy en día en el país que recibió en 1936 a quienes Miguel Hernández denominó en un poema almas sin fronteras. Muchos de los integrantes de las jóvenes generaciones españolas no tienen el conocimiento que sí tendrá para siempre el hijo de ese ciudadano escocés. Todavía se hace el silencio en las crónicas de nuestros periodistas deportivos cuando las BB. II. son noticia de homenaje en un campo de fútbol. Pareciera que estuvieran a las órdenes de un Juan Tebas cualquiera o siguieran dependiendo de la Prensa y Radio del Movimiento Nacional, cobertura mediática del viejo régimen.

    DdA, XVIII/5.261      

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