Félix Población
Se trataba del primer acto de celebración conmemorativa del centenario fundacional de la Cultural y Deportiva Leonesa, club de fútbol al que siempre le tuve una cierta simpatía por aquello de anteponer en su denominación lo cultural a lo deportivo.
Para ello, el equipo local se enfrentó a la selección nacional de Qatar, el país que organiza el próximo Mundial de fútbol, a pesar de tratarse de una dictadura en la que no se respetan los derechos humanos. No debería ser motivo de extrañeza en otro país donde nos preciamos de nuestra democracia que un joven asistiera al partido e hiciera constar en una pancarta que en Qatar no se respetan los derechos humanos.
El joven, sin embargo, fue expulsado del estadio, como si el estadio fuera uno de los construidos en Qatar para el Mundial en condiciones laborales de explotación entre la mano de obra migrante. No se qué se habrá alegado para echar a ese ciudadano con derecho a la libertad de expresión y en defensa de la verdad que proclama.
Lo cierto es que sí hay una inversión de más de diez millones de euros del grupo Aspire Academy, procedente de Qatar, unas relaciones comerciales promovidas por la Diputación de León con el país árabe y un banquete de confraternidad celebrado en el Parador de San Marcos de la bella ciudad leonesa con asistencia de representantes de la embajada catarí, de la Federación Nacional de Fútbol y de las instituciones locales, provinciales y empresariales.
Así se mueve el mundo. Una solitaria pancarta, diseñada manualmente por un joven demócrata que tiene la osadía y el derecho de preguntar en un país democrático por los derechos humanos en un país árabe afeaba mediáticamente las fuentes del negocio. Así se mueve el mundo y así se ha llegado a la próxima edición del Mundial de fútbol, primando las fuentes del negocio sobre los derechos humanos.
DdA, XVIII/5.258
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