Lazarillo
Lo primero que este Lazarillo ha leído esta mañana es la reseña del libro Malestamos. Cuando estar mal es un problema colectivo, de Javier Padilla y Marta Carmona (editorial Capitán Swing). Lo hice después de saber los resultados de las elecciones generales en Italia. Cien años después de la Marcha sobre Roma que acabó con el sistema parlamentario en ese país (27-29 de octubre de 1922), marcha liderada por Benito Mussolini al frente de su Partido Nacional Fascista, los descendientes políticos de esa ideología -al frente de los cuales se encuentra una mujer- llegarán al gobierno de la nación. Hermanos de Italia ha pasado del 4,3 por ciento obtenido en los pasados comicios al 26 por ciento. La coalición de derecha obtiene así un 44 por ciento, frente a una izquierda dividida y por lo tanto inerme, a la que se le debe reprochar, además, la previsión de un resultado como el que se ha dado en el vecino país y que podría ser un adelanto del que se podría dar en el nuestro el año que viene. La participación de la ciudadanía en las urnas ha sido la más baja en la historia de la democracia italiana: 64 por ciento. Malestamos:
"Un sentimiento recorre nuestras
vidas. No es ansiedad, no es depresión, no es euforia ni inquietud. Es,
simplemente, que estamos mal. Vivimos en sociedades que hablan de salud mental
pero que, en realidad, están hablando de un conjunto de conceptos entremezclados:
desesperanza, cansancio, falta de expectativas, estrés, preocupación y
dificultad para saber cuándo se acabará ese sentimiento. El malestar del que
hablamos tiene mucho que ver con la incapacidad de imaginar un futuro que sea
realizable, con la falta de certezas sobre lo que ocurrirá mañana o sobre el
reflejo que nos sale al pensar que lo que venga será siempre peor que lo que ya
pasó. Ante esto, la primera pulsión de la sociedad parece ser la patologización
de ese malestar, ya sea por la vía de la terapia o del psicofármaco. Una opción
alternativa, pero igualmente frecuente en ciertos ámbitos, es la negación de la
singularidad del sufrimiento y la llamada a la politización como respuesta
única posible. En este libro tratamos de abordar los falsos dilemas ante los
que nos enfrentamos al hablar de «lo que nos pasa», mirando a las raíces del
sufrimiento psíquico y planteando soluciones que no eludan la complejidad del
problema. La salida de esta situación generalizada de desesperanza no puede
recaer sobre la atención individualizada, sino que alude de forma directa a
intervenciones en el ámbito del trabajo, de los derechos de subsistencia y la
ampliación a derechos vinculados a los valores posmateriales —autonomía,
libertad de expresión, desarrollo de la democracia, etc.— y que son los que
hacen que nos podamos permitir pensar en la conquista del futuro".
DdA, XVIII/5.273
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