martes, 23 de agosto de 2022

UNO QUE NO VIVE EN LA INOPIA


Félix Población

En los meses de verano se publican muchas tonterías. Tanto los periódicos como la radio y los canales de televisión abundan en sandeces, aunque en estos últimos quepan demasiadas sandeces en cualquier periodo. (Excepcional cabe considerar a Paloma Cortina, conductora y presentadora del magnífico programa matinal de los fines de semana en Radio 1 de Radio Nacional de España. Esa radio sí es la radio pública que muchos queremos). 

Puestos a ser muy sandios o muy carcas, la noticia ha saltado a las páginas del diario ABC en su edición de Sevilla. Un tipo ha mandado una carta al director de ese medio y quien corre con la responsabilidad de publicarla lo ha hecho, convencido posiblemente de que con ello iba a ganarse la repercusión que ha tenido en las redes sociales. 

Un país que a estas alturas del siglo se ocupa de dar publicidad a un texto propio de medievo, aunque sea para repudiarlo, tiene muy mala salud. Lo que corresponde a una nación con un porvenir democrático más estimulante es prestar voz a las ideas inteligentes y a los criterios impulsores de progreso, respeto y tolerancia, y no a esas infectas soflamas reaccionarias propias de una clerigalla anclada en el concilio de Trento o incluso más allá. 

El diario ABC de Sevilla se ha situado, avanzado este siglo, a la altura del diario El siglo futuro, que abogaba hace cien años por el retorno al pasado. Lo peor de todo fue que ese periódico consiguió al final su objetivo. Lo logró a costa de una crudelísima guerra que trajo consigo una larga dictadura, pródiga en fusilamientos, cárceles y silencio, en la que el mensaje suscrito hace días por el firmante de la misiva publicada en el diario sevillano se hizo realidad. 

De ahí venimos y por eso y porque no se educó suficiente y generacionalmente en la democracia a este país, todavía afloran esos desechos retrógrados en un periódico español, noventa años después de aquella tragedia, y corren luego por las redes cuando su destino debería estar en los retretes. No deberíamos esparcir esa mierda que manchó de sangre nuestra historia.


     DdA, XVIII/5.248     

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