martes, 2 de agosto de 2022

MATEO MORRAL EN EL VENTORRO DE LOS JARAÍCES

 


Félix Población

Mi estimado colega Juan Girón Roger publica en su muro de FB una selección de fotografías de la exposición que se puede ver estos días en el Museo Municipal de Madrid. En este centro, sirviéndose del archivo del diario ABC, cuya hemeroteca es una de las más valiosas de España, se recogen instantáneas de la ciudad de Madrid correspondientes al primer tercio del siglo XX, desde 1900 hasta 1936. No son pocas las fotografías que llamarán la atención de quienes visiten esa muestra, pero hay una de las que Girón ofrece en su muro que me ha recordado a Mateo Morral, el joven anarquista catalán que en 1906 intentó acabar con la vida del rey Alfonso XIII cuando la comitiva regresaba de la iglesia de los Jerónimos al Palacio Real el día de la boda del monarca. Morral anduvo huido por Madrid, días después de que su bomba explotara en la calle Mayor y matara a una treintena de personas sin afectar al rey y a su esposa por haber desviado la trayectoria del explosivo el cable del tranvía. Quizá con la intención de regresar a Barcelona en tren, el terrorista llegó hasta el Ventorro de los Jaraíces, en las proximidades de Alcalá de Henares. Allí fue donde comió por última vez y llamó la atención de los parroquianos, por lo que fue detenido después por un agente. La versión oficial de los hechos dio por sentado el suicidio de Morral, pero si se lee detenidamente la Causa por un regicidio frustrado no parece que fuera así, o al menos esa fue la impresión que tuve cuando investigué ese valioso y profuso material documental hace muchos años. Como tampoco parece que Mateo Morral actuara solo para llevar a cabo el atentado, habida cuenta lo sofisticado de la bomba empleada. Siempre pensé que con la muerte del anarquista catalán se impidió una investigación a fondo de la conspiración que pudo haber detrás de su mano ejecutora, mano que dejó escrita sus intenciones días antes en un árbol del Parque del Retiro. No convenía que Morral fuera detenido con vida, por temor a su testimonio. El año anterior ya se había atentado contra Alfonso XIII en París con motivo de un viaje del rey de España a la capital de Francia.

      DdA, XVIII/5.235     

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