Vicente Bernaldo de Quirós
Traté de contrastar en los periódicos ciertas informaciones aparecidas en las redes sociales sobre ciertos episodios bulimicos del jefe de gabinete de la hermanísima de Tomás Díaz Ayuso, que afirmaban que Miguel Ángel Rodríguez había pasado dos facturas por dos comidas el mismo día, a razón de 500 eurazos cada una.
La verdad es que no encontré el detalle de las facturas, pero si que MAR tiene un presupuesto de 9.000 euros mensuales para manducas, independientemente de los 93.000 euros anuales para sugerirle las gilipolleces declaratorias a Maribel, la hermanísima de Tomasín el de mascarillas.
No seré yo el que critique la generosa partida para comidas del jefe de gabinete de la Comunidad de Madrid, porque en un puesto de tales características es frecuente mantener relaciones con muchas personas, incluidos comisionistas y hasta invitarlos a comer. Y ya se sabe que estos individuos comen como limas, sobre todo si no pagan.
Yo malicio que la mayoría de las perras de la cuenta que luego paga el interventor autonómico se van en vino. Sabido es que Miguel Ángel Rodríguez, ya en sus tiempos de redactor de El Norte de Castilla, era un gran bebedor. De vino y de lo que fuera. Y que unas cuantas veces se destacó por llevar unas cuantas copas de más.
Por eso, y a fuer de ser sinceros, no me extrañan las facturas de sus comidas. Teniendo en cuenta lo que bebe y el precio de los buenos caldos de Ribera, las cuentas del Gran Charlatán, no suenan excesivas. Incluso puede resultar barato. Cosas veredes.
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