Félix
Población
No fue tan multitudinaria como cabría esperar la manifestación
convocada en Zamora por la plataforma La Culebra no se calla. Las más de
treinta mil hectáreas quemadas en esa sierra el pasado mes de junio, unidos a
los dos incendios sucesivos sufridos en la provincia en la zona de
Losacio de Alba este mes (con otras tantas hectáreas arrasadas por el fuego),
movían a pensar que esta vez sí se iba a dar en la capital una movilización
histórica. No olvidemos que en
estos dos últimos incendios fallecieron un trabajador forestal y un pastor que
trató de salvar a su ganado de las llamas.
Pero no ha sido así. Más debería haber valido esas dos vidas en la
conciencia de los zamoranos. En torno a cuatro millares de personas salieron a
las calles de la ciudad, conscientes de que sobre las tierras del viejo reino
de León, además del vaciamiento demográfico como consecuencia de una
marginación histórica por parte de todas las administraciones, va a pesar de
aquí en adelante el riesgo de una tierras arrasadas por las llamas, si no se
toman medidas preventivas de acción inmediata e intensiva ante las
consecuencias del cambio climático.
Este será el
más fresco de los veranos que vengan de aquí en adelante, se nos ha
diagnosticado por parte de los expertos, por lo que la atención a nuestros
montes y bosques no puede ser la misma que la muy insuficiente prestada hasta
ahora. De esa insuficiencia da constancia el hecho de que en solo tres lustros han ardido en este país más de un millón y medio
de hectáreas, lo que viene a ser una extensión equivalente a la del
territorio del País Vasco y Madrid juntos. Este verano llevamos ya más de
200.000 y solo estamos en la mitad.
Tanto el gobierno central como los gobiernos autonómicos deben ser
conscientes de que así no se puede seguir ni un año más. Por desgracia, cuesta
trabajo pensar en la enmienda si se tiene en cuenta que en la manifestación
convocada en Zamora el pasado jueves estuvieron ausentes los alcaldes del
Partido Popular de las localidades afectadas. Me temo que no fue por avergonzarse del nefasto papel jugado por el
gobierno de Mañueco en prevenir y sofocar los incendios sufridos por esa
provincia.
En 1990, según se puede leer en el diario El Correo de Zamora, ya
se criticó al gobierno autonómico del Partido Popular por su falta de
coordinación y medios en el incendio que quemó 2.000 hectáreas de la Sierra de
la Culebra, un territorio que por su alto valor ecológico debería haber sido de
los más cuidados para que no ocurriese lo que finalmente ocurrió. Sobre
todo, habiendo ese precedente.
PS. Con más de 200.000 hectáreas quemadas en lo que va de año, los incendios forestales en nuestro país suponen el 38 por ciento de todo el territorio quemado en Europa.
*LuhNoticias DdA, XVIII/5234
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