Félix Población
Desconozco el grado de atracción que tendrá el fútbol entre quienes se incluyen en las siglas LGTBI o se identifican con su causa. Presumo que será muy poco si el fútbol internacional por naciones se disputa en Qatar, un país situado en la península del mismo nombre en el que se acaba de anunciar que el mero flameo de una bandera del arcoíris puede comportar para quienes la hagan ondear unas pena de hasta 11 años de cárcel.
Por eso, por la falta de libertad sexual y derechos sociales que sufren las mujeres y por la miserable explotación a que fueron sometidos como fuerza de trabajo quienes fueron a aquel país para construir los estadios de fútbol, merecería el Mundial de Qatar la animadversión de todos los demócratas. Sin embargo, va a contar con el mismo grado de cobertura, promoción y seguimiento que cualquier otra edición de este campeonato, por muchas banderas arcoíris que se agitases en los graderíos y muchos años de cárcel que sumara esa osadía, que no será el caso. Es el mercado, amigos.
A propósito del asunto de la enseña prohibida, anota mi estimado Enrique del Teso, uno de los analistas de la actualidad más perspicaces que actualmente escriben en los periódicos, este atinado comentario admirado Juan Ruiz, arcipreste de Hita: Libro del Buen Amor: “Como dize Aristóteles, cosa es verdadera, / el mundo por dos cosas trabaja: la primera / por haber mantenençia; la otra era / por aver juntamiento con fembra plaçentera.” Xabi: “Es cierto que en Qatar no hay democracia, pero la gente es feliz”. Guardiola: “Qatar es un país muy abierto, la gente tiene todas las libertades del mundo”. El Arcipreste de Hita, cuando decía “mundo”, no incluía a las mujeres, es evidente. Parece claro que Xabi y Guardiola (y el resto del fútbol), cuando dicen “gente”, tampoco incluyen a todo el mundo. Claro que lo del Arcipreste era en el siglo XIV...
Suscribo y comparto el comento. No sé cómo llevará el estupendo equipo femenino de fútbol del Barcelona tener al frente del equipo masculino a un entrenador de mentalidad medieval, pues en Cataluña no se da el caso de un gobierno autonómico tan reaccionario como el de Castilla y León, donde también Qatar parece ser un modelo, negándose como se negó a que la bandera arcoíris ondeara en el edificio oficial de las Cortes de Castilla y León el pasado Día del Orgullo.
DdA, XVIII/5210
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