miércoles, 20 de julio de 2022

LA QUINTA COLUMNA: ALTERAR LOS RESULTADOS ELECTORALES A TRAVÉS DE LA OPINIÓN PÚBLICA

 


Armando Nosti

Escribí mi último artículo, sobre la quinta columna, antes de que se dieran a conocer los audios de Ferreras, aunque su publicación haya sido posterior. Si alguien dudaba de la existencia de una quinta columna, a la que ya se refería como ayuda inestimable el golpista Mola, habrá comprobado, si no tiene anteojeras, que la quinta columna sigue ejerciendo la función para la que fue recuperada, que no es otra que alterar los resultados electorales alterando la opinión pública. Dispone para ello de todos los medios, económicos, políticos y de la “policía patriótica”, y si no son suficientes se crean nuevos medios con ayudas estatales. Cuando en 2015 las encuestas, las de verdad, no las de propaganda, las que los partidos manejan para su régimen interior, anunciaban el más que posible triunfo de Podemos, la maquinaria se puso en marcha, y “burdamente” Podemos se convirtió en residual, a Podemos, lo convirtieron en residual.

Es la quinta columna, la única fuerza que mantiene a la derecha. Lo demostraron Partido Popular, VOX y Ciudadanos en el reciente debate de la nación, donde su única aportación fue un uso descarado, obsceno, de ETA y sus víctimas. Ponerse ahora lazos azules, además de utilizar en beneficio propio unos símbolos que son de todos, es ridículo, es como el torerillo que se arrima a las astas del toro cuando ya lo arrastran al desolladero. ¿Llevarían estos diputados los lazos azules por las calles de Euskadi cuando ETA actuaba un día sí y otro también, cuando portarlos suponía insultos, amenazas y agresiones? Me temo que no, esta gente es más de baile de salón. ¿Y el minuto de silencio propuesto por las víctimas del terrorismo, saltándose todas las normas y procedimientos del Congreso? Es otra utilización en beneficio propio, de algo que es de todos, en este caso, de las víctimas del terrorismo a quienes solo respetan cuando les interesa. En realidad lo que querían era bronca, que algún diputado se descolgase o que la presidenta no lo permitiera. Les salió el tiro por la culata, todos, incluido Bildu a quien iban dirigidos los disparos, guardaron el minuto de silencio y la presidenta se limitó, al final del minuto a recordarles el procedimiento. Ya puestos, alguien debería haber propuesto otro minuto por las víctimas del franquismo, mucho más numerosas y olvidadas. Sería interesante ver la respuesta de estos valientes de pacotilla.

Acabó Bildu de desarmarles cuando su portavoz se dirigió a las víctimas de ETA para pedirles perdón, para reconocer que todo aquello no debiera haber ocurrido, para lamentarlo. No era la primera vez que lo hacía en el Congreso, ya lo hizo cuando Ciudadanos pidió que no se permitieran los Ongi Etorri. Edmundo Bal y Arrimadas, no admitieron las disculpas, uno quiere más, que delaten a no se sabe quiénes, pero que los delaten, la otra, graciosilla ella, después de estrujarse las meninges, dijo que eran “unos hijos de ETA”. Por su parte VOX intentó dar una lección de historia, cosa que no se la da muy bien, más que nada porque una cosa es la Historia y otra sus historias.

Tiene trabajo por delante la quinta columna para restituir las cosas a como estaban antes de los audios, pero no será problemático, tener todos los medios y ni una pizca de vergüenza les facilitará las cosas.

     DdA, XVIII/5.225     

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