jueves, 14 de julio de 2022

DE LA LEY DE MEMORIA AL MINUTO DE SILENCIO DE BILDU


Vicente Bernaldo de Quirós

Es evidente que si Felipe González, José María Aznar, los barones del bipartidismo y los cadáveres políticos de un tiempo que no volverá y que el jarrón chino ha convertido en zombies sin criterio están en contra de la Ley de Memoria Democrática que acaba de aprobar el Gobierno de coalición es que se trata de una ley cojonuda que va a mejorar la política de reconcliación entre españoles. Coincido, pues, con mi compañero, el periodista Miguel Somovilla y otra serie de expertos en materia de información que han mostrado su desagrado con la manipulación de los ex presidentes.
Y si Bildu ha colaborado para que esta ley salga adelante, mediante un pacto con el Gobierno, miel sobre hojuelas, porque supone de una vez por todas la definitiva incorporación de los independentistas vascos a la democracia española con todo lo que supone para desmentir el mantra de la ultraderecha que querría ver a Bildu apoyando la lucha armada con el fin de conseguir réditos políticos para sus delirios patrióticos.
Que Bildu ha sabido ser más inteligente y adaptarse mejor a los nuevos tiempos que PP y Vox se demostró el martes pasado tras la inopinada propuesta del PP de guardar un minuto de silencio por Miguel Angel Blanco en el 25 aniversario de su muerte, saltándose todos los procedimientos del Congreso de los Diputados. Pues bien, la coalición abertzale se sumó encantada al minuto de silencio desconcertando al PP y a sus sicarios mediáticos que pensaban que se iba a oponer. Sin quererlo, Cuca Gamarra ha blanqueado a Bildu y ha destrozado la propia estrategia de su partido de sacarle partido a los atentados de ETA. Otro éxito de Arnaldo Otegi y los suyos que deben estar haciendo morder el polvo y la verguenza a los herederos de los franquistas. Y uno que se alegra.

DdA, XVIII/5.221

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