Celso Miranda
La movilización contra la Ronda Norte todavía no está al nivel de la agresión que esta infraestructura supone al patrimonio medioambiental, cultural, económico y social del municipio, pero ya se ha puesto en marcha. Una autopista de 6 carriles con 226 millones de euros de presupuesto y 4 años de plazo de ejecución previsto, en un entorno fundamental para el desarrollo de la vida del conjunto de las y los ovetenses como es el Monte Naranco (La Cuesta), merece el repudio de la mayoría social, a poco que esta se movilice. Porque quienes van a ser beneficiarios de la obra van a ser los de siempre, contratistas y allegados, y los especuladores de toda laya que trazarán una nueva frontera para sus desarrollos urbanísticos, que ya no será la frontera natural que la ladera del monte totémico debería suponer. Y los paganinis seremos toda la vecindad, pero especialmente aquellos que están sirviendo de excusa para tamaño desatino, los conductores de la zona, que añadirán a sus problemas de tráfico los derivados de los de la propia obra, durante años. Hay alternativas, ya se han puesto sobre la mesa y sólo los políticos sectarios, adictos al hormigón y a la especulación (al interés particular) y ajenos al interés general pueden defender este atentado, en pleno siglo XXI, cuando las tendencias de movilidad sostenible apuntan en dirección opuesta. Vayan apuntando sus nombres (los de esos políticos) para identificar sus listas electorales, que la memoria nos suele fallar cada cuatro años.
DdA, XVIII/5194
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