viernes, 24 de junio de 2022

BALBÍN Y SU CLAVE, EJEMPLARES ANTE LO QUE HOY SE ESTILA


Félix Población

A los 81 años de edad, falleció en Madrid el periodista praviano José Luis Balbín, que como se dijo ayer en algún obituario siempre será el periodista que presentaba un debate en televisión con una pipa encendida. 

No pocos de los periodistas de la siguientes generaciones tuvimos a Balbín por referencia, ya cuando era corresponsal de TVE en Londres, como sustituto de José Antonio Plaza. Su presencia como director y presentador  en la La Clave de RTVE entre 1976 y 1985, siempre merecerá en la historia del periodismo audiovisual la máxima consideración, admiración y respeto, pues a pesar de reunir en el plató del programa a personas muy distantes ideológicamente, en los primeros años de la Transición, si por algo se caracterizó La Clave fue por el espíritu y las formas dialogantes que adoptaron siempre cuantos intervinieron en ese programa, que tuvo una segunda vida no tan celebrada en Antena 3 entre 1900 y 1993. 

Dadas las actuales y turbias circunstancia políticas y mediáticas por las que discurre nuestro país, en donde desde los tiempos de la COPE de la obispalía con Losantos ha venido proliferando un estilo de periodismo basado en el insulto, la soflama insidiosa, la falacia y la casposa maledicencia, es muy posible que aquella magnífica Clave fuera imposible hoy. No se si porque el respetable se ha acostumbrado al crispado griterío y a la falta de educación de los intervinientes en los platós de televisión, porque  no se cuenta con presentadores como Balbín e intervinientes como los de entonces, porque esta sociedad ha ido perdiendo pulso democrático a medida que la democracia decrecía. 

Estamos tocando fondo, según el verso de mi admirado Celaya, o, como dice mi primer redactor jefe Valentín Martín, estamos ya en el fondo? "No conviene que la peña piense. Mejor dárselo todo masticado y a medio digerir para un rápico y fácil consumo", me comenta Ignacio Vega, perspicuo ornitófilo por pasión, observación y estudio. Lo peor es lo diarreico de un régimen tal, amigo Nacho, que permite la proliferación y esparcimiento de múltiples cagadas que vician y enlodan el aire. Así andamos de pringados en mierda, respirando regresión.

DdA, XVIII/5203

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